Los dirigentes campesinos y presos políticos Pedro Mena, Freddy Navas y Medardo Mairena, exaspirante a la Presidencia de Nicaragua, cumplen, este cinco de junio, 11 meses de estar encerrados en la Dirección de Auxilio Judicial, conocida como «El Nuevo Chipote», en Managua.
Los tres líderes fueron detenidos arbitrariamente, por segunda ocasión, cuando el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo emprendió una cacería contra dirigentes de la oposición en 2021. La dictadura los señaló de presunta «traición a la patria» y los enjuició por el delito de supuesta conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional.
En febrero fueron sentenciados por el juez Félix Salmerón a 10 años de cárcel y, en el caso de Mairena, a 13 años de encierro e inhabilitado para ejercer cargos públicos durante ese periodo.
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«Ellos luchaban por nuestros derechos humanos y nuestras libertades civiles. Nuestros líderes no han cometido ningún delito, son inocentes. Exigimos la libertad inmediata e incondicional para ellos y para todos los presos políticos», denunció este día el Movimiento Campesino de Nicaragua a través de su cuenta en Twitter.
Familiares de los presos políticos y el Movimiento Campesino han denunciado en reiteradas ocasiones que los opositores han perdido peso y continúaban siendo objeto de continuos interrogatorios, mala alimentación y maltrato psicológico en El Chipote.
En la séptima visita familiar, autorizada en marzo, constataron que Mairena continúa en una celda de castigo, donde hace «un calor insoportable». «Mantienen la bombilla de luz en su celda encendida día y noche, con poco acceso al sol y los interrogatorios diarios permanecen», denunciaron. La situación le ha provocado alergias en su piel y problemas de circulación.
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En entrevista con Artículo 66, uno de sus familiares dijo, en ese entonces, que Medardo compara la celda de castigo en El Nuevo Chipote» con las del «infiernillo» del Sistema Penitenciario Jorge Navarro, en Tipitapa, donde estuvo recluido por más de 10 meses entre el 2018 y 2019.
Durante la represión de 2018, la justicia de Ortega lo sentenció a la irrisoria pena de 216 años de cárcel por haber cometido supuestos actos de «terrorismo», término que el régimen usó para nombrar a las protestas sociales.

Al igual que Mairena, Navas y Mena fueron tildados de «terroristas» y, meses después, salieron de prisión bajo la polémica Ley de Amnistía, una norma que dejó en la impunidad a los perpetradores de los más de 300 asesinatos cometidos en el contexto de crisis sociopolítica de 2018.
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Desde su excarcelación, los líderes campesinos fueron víctimas de continuo hostigamiento por parte de policías y fanáticos del partido de Gobierno. Actualmente forman parte de los más de 180 presos políticos de Nicaragua.