Doña Flor Ramírez, conocida como la «señora del huipil», decidió cruzar las peligrosas aguas del río Bravo en la frontera entre México y Estados Unidos para exiliarse en la nación norteamericana.
La figura representativa de las protestas sociales iniciadas en abril 2018 fue víctima de asedio, hostigamiento, persecución y agresiones de parte de la Policía del régimen y paramilitares adeptos a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
En un video divulgado por la plataforma Boletín Ecológico, doña Flor Ramírez cruzó a Estados Unidos y se entregó a las autoridades migratorias norteamericanas para solicitar asilo político.
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En agosto de 2021 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) consideró que Flor Ramírez se encuentra en una situación de gravedad y urgencia porque sus derechos a la vida e integridad personal están en riesgo de daño irreparable. El organismo solicitó al régimen sandinista que adopte las medidas necesarias para proteger los derechos a la vida e integridad personal de Ramírez.
La CIDH le concedió medidas cautelares y advierte que Ramírez al ser mujer opositora, enfrenta una situación de riesgo acentuada por los estereotipos de género, discriminación histórica y prejuicios relacionados a cómo debería vestir, actuar o los roles que deberían jugar las mujeres en la sociedad.
«El Estado debe tanto asegurar que sus agentes respeten la vida e integridad personal de la beneficiaria, como proteger sus derechos en relación con actos de riesgo que sean atribuibles a terceros, de conformidad con los estándares establecidos por el derecho internacional de los derechos humanos», señaló la Comisión.
El régimen sandinista fue consultado por la CIDH sobre el caso de Ramírez y aseveró que ella y su familia «no se encuentran en ninguna situación de riesgo que ponga en peligro su vida, su integridad física o psicológica, ni el ejercicio de sus derechos fundamentales».
Doña Flor se convirtió en un personaje de las protestas sociales cuando marchaba y gritaba consignas con un huipil azul y blanco que ella misma confeccionó. En reiteradas ocasiones denunció asedio de la Policía del régimen, ataques verbales, físicos y detenciones ilegales.