Fuentes cercanas a los responsables de la iglesia San Juan Bautista, de Masaya, informaron a Artículo 66 que la decena de agentes de la Policía al servicio del régimen de Daniel Ortega que asediaban el templo desde el sábado, 21 de de mayo, se retiraron.
Los agentes de la dictadura en conjunto de paramilitares se habrían abandonado la zona este martes, 24 de mayo, luego de cercar por cuatro días todos los puntos que conducen a la parroquia.
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«Lo importante es que logramos salir», expresó escuetamente a este medio de comunicación una persona que se encontraba en la iglesia de San Juan.
En cuanto al padre Harving Padilla, párroco de de la iglesia San Juan, se confirmó que el prelado no se encuentra en el templo. «No. Ya no está en la parroquia. Desde las 12 del medio día salió», indicó una fuente en condición de anonimato.
Padilla es uno de los sacerdotes más asediados por la dictadura de Ortega desde el 2018 hasta el día de hoy. Simpatizantes del Frente Sandinista han emprendido una campaña de difamación en su contra, en el cual lo señalan de la muerte de un oficial de la Policía en junio de ese año durante las protestas sociales.
Artículo 66 trató de establecer contacto con el padre Padilla, quien lleva más de una década al frente de la iglesia San Juan, sin embargo no respondió las llamadas telefónicas; de igual manera se llamó vía telefónica al vicario foráneo de Masaya, Padre Bismarck Conde, pero no se puedo establecer comunicación.
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En una reciente entrevista, el religioso responsabilizó a la Policía de Ortega de cualquier agresión o atentado en su contra. En este mes, el régimen de Ortega ha mandado en dos ocasiones a su aparato represor a asediar la iglesia San Juan y no permitir la entrada a feligreses, lo que es considerado como un ataque directo contra la Iglesia católica.
Además del padre Harving Padilla, monseñor Rolando Álvarez es otro de los jerarcas católicos que también se ha convertido en blanco del régimen de Ortega. Aunque logró salir de la Iglesia Santo Cristo en Las Colinas, Managua, el asedio en su contra continúa en Matagalpa.