El padre Harving Padilla, párroco de la Iglesia San Juan Bautista de Masaya, denunció que la Policía, al servicio de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, amplió la presencia de efectivos en el perímetro de la parroquia e impidió el ingreso al templo religioso a la feligresía que llega cada domingo a la misa.
«Todos los domingos por las mañanas tenemos dos misas y en esta ocasión la guardia sandinista no ha permitido a la feligresía entrar a la eucaristía. Nos han violentado los derechos a nuestra vida cristiana. La Policía se apostó en todo el perímetro de la Iglesia, cerraron las calles», denunció el sacerdote en 100% Noticias.
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Padilla salió al atrio de la parroquia para preguntar al contingente de policías sobre su presencia en las afueras del templo y porqué impidieron el ingreso de los fieles a la misa dominical. «Quisiera saber señor policía ¿por qué no dejan entrar a la feligresía y porqué me tienen a mí encerrado? Quisiera saber, que me den una explicación, creo que no son sordos. ¿Nadie me va a dar explicación?», increpó el religioso a los agentes.
«Denuncio esta arbitrariedad nuevamente de la dictadura Ortega-Murillo de no poder ingresar a la feligresía católica a la celebración eucarística y de igual manera denuncio que si algo me llega a pasar, pues aquí están los que se suponen es la Policía Nacional y que debería resguardar nuestros derechos como ciudadanos, como nicaragüenses, ante personas íntegras, personas que no hemos cometido ningún delito y sin embargo ustedes que son de la Policía están cometiendo delito y los delitos de ustedes son más, porque ustedes son lo que deben salvaguardar nuestros derechos como nicaragüenses», expresó el sacerdote ante los policías que guardaban silencio.
«Sé que ustedes están por órdenes, que si ustedes fueran una Policía Nacional, el pueblo los amaría, pero el rechazo del pueblo es hacia ustedes. Que lástima que ustedes han perdido toda la integridad que se merecen, la han perdido completamente; han perdido la credibilidad ante el pueblo. Seguiré rezando por ustedes», continuó.
Al ser consultado sobre su posible detención, el religioso dijo «que se haga la voluntad de Dios». Pese al estado de sitio de facto, impuesto por la dictadura, el religioso celebró la misa sin la presencia de la feligresía y con un amplio despliegue policial en las afueras de la parroquia. «Aunque la Iglesia no esté abierta voy a celebrar la eucaristía. Voy a orar por ustedes para que reaccionen y no sean manipulados, títeres ante estas arbitrariedades que se dan en contra de nosotros los hermanos», sentenció.
La misma situación del padre Harving Padilla también la vive el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, que está en ayuno y oración indefinido en la Iglesia Santo Cristo de Las Colinas en Managua. La parroquia está sitiada por un fuerte dispositivo de oficiales de la Policía.
En su arremetida contra la Iglesia católica, el régimen orientó sacar de las cableras del país al Canal 51, Canal Católico, propiedad de la Conferencia Episcopal de Nicaragua y que es administrado por monseñor Álvarez.