El párroco de la iglesia San Juan Bautista, Harving Padilla, denunció que después de dos días los policías del régimen de Nicaragua volvieron a colocarse afuera del templo con el objetivo de continuar el asedio y la intimidación contra líderes religiosos.
«Cerraron todos los accesos a la iglesia», denunció el sacerdote ante Artículo 66, agregando que «ahora el dispositivo (de oficiales) es mucho mayor». Padilla explicó que sobre esta situación ya «avisó a las autoridades eclesiásticas».
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El cura hizo responsable por cualquier acción en su contra a los uniformados que se encuentran en las afueras del templo, donde permanecen patrullas policiales desde las 11 de la mañana de este 21 de mayo.
Después el 15 al 19 de mayo, los uniformado al servicio del régimen de Daniel Ortega habían permanecido acechando la iglesia, pero repentinamente abandonaron el lugar el jueves, horas después de que se registrara la detención arbitraria contra el opositor Yubrank Suazo, originario de Masaya.
La nueva arremetida llega después que monseñor Rolando Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, denunciara persecución por agentes policiales, lo cual lo llevó a refugiarse en la parroquia Santo Cristo de Las Colinas en Managua.
Álvarez decidió iniciar un ayuno indefinido a base de agua y suero hasta que las autoridades respeten sus derechos y la intimidad de su familia.
Ante eso, el régimen de Ortega ordenó a Claro Nicaragua suspender al Canal Católico, el que está dirigido por monseñor Álvarez, un ataque directo contra la Iglesia católica, a la que el orteguismo asume como su enemiga por denunciar las violaciones a los derechos humanos de los nicaragüenses.