El precio de la canasta básica en Nicaragua al mes de enero alcanzó los C$ 16,529.99 (US$ 463.00), lo que equivale a C$ 274.61 más que el mes anterior, diciembre 2021 (C$ 16,255.38), según datos del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE).
La pérdida del poder adquisitivo continúa en medio de un panorama sombrío a causa de la invasión militar de Rusia en Ucrania. La ambición del presidente ruso, Vladimir Putin,- aliado de Daniel Ortega- arderá en el estómago de los nicaragüenses ya golpeado por las cifras con un salario mínimo promedio de C$ 6,978.34 (US$ 197.00).
El organismo indica que ya en febrero se observaron alzas en los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas (1.04 %) transporte (2.80 %) y educación (3.33 %). Detalla que hubo incrementos, principalmente, en el costo del limón, frijoles, aceite para cocinar; la gasolina, compra de motocicleta y diésel.
La inflación en febrero fue de 0.91% con respecto a enero. La inflación acumulada (enero y febrero) fue de 1.62 % y el alza de precios en febrero de 2022 con respecto a febrero de 2021 se situó en 7.75 %.

El economista Néstor Avendaño indicó que «los incrementos de los precios de los combustibles, los alimentos y la energía eléctrica aceleraron la tasa de inflación de Nicaragua que ya había alcanzado el nivel de 7.68% en enero de este año».
«Es lógico esperar que la crisis entre Rusia y Ucrania dispararán los precios internacionales del petróleo y de las materias y, consecuentemente, se observarán más aumentos de costos de producción y de precios al consumidor. El problema inflacionario se está volviendo más complicado (…) La carga inflacionaria tiene un mayor peso para los hogares de bajos ingresos, que gastan su presupuesto en necesidades diarias que diariamente se están encareciendo», advirtió en su blog.
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Explicó que la tasa de inflación ya estaba en un alto nivel, debido a la reapertura de la economía en el segundo semestre de 2021, tras el impacto del COVID-19 a partir de marzo de 2020, y con el conflicto Rusia-Ucrania «los economistas esperamos que la inflación continuará aumentando porque se desconoce cómo culminará la guerra en Ucrania».

Ejemplificó que el precio del barril de petróleo WTI (de referencia para Nicaragua) ya se cotizó en US$130.89 en la semana pasada y cerró el viernes 11 de marzo con un descenso de hasta US$109.33, «pero mostró un aumento acumulado de 42 % con respecto a su precio de US$ 76.99 observado el 31 de diciembre de 2021».
La guerra también ha elevado los precios de fertilizantes, trigo y metales preciosos utilizados en la producción de automóviles y aviones. Roberto Morales, dirigente de la Gremial de Panificadores «Ermis Morales» reveló a Artículo 66, en el pódcast AHORA, que «sin la guerra» la harina aumentó C$ 100.00 por quintal el primero de marzo y, en junio, se tiene programado otro incremento entre C$ 100.00 y C$ 200.00, pero con la invasión «ya las cosas cambian, el panorama va a ser otro».

«Reducir la alta presión inflacionaria sería posible solo si se enfriara la demanda de bienes y servicios, (pero) enfriar la demanda de bienes y servicios implica reducir la tasa de crecimiento económico y profundizar el desajuste del mercado laboral», indicó Avendaño.
El economista y analista político Enrique Sáenz señala que el crecimiento económico que pregona el régimen no favorece a las familias nicaragüenses. El deterioro de la canasta básica se explica por el estancamiento de los salarios y por el encarecimiento de los productos de primera necesidad. Entre diciembre de 2020 a diciembre de 2021, el costo de la comida se elevó en 15 %, «significa que el trabajador que no recibió un ajuste en sus ingresos en esas proporciones, lo pagó con menos gallopinto, queso y tortilla en la mesa de su hogar», explicó en su web.