La vicemandataria de Nicaragua, Rosario Murillo, dedicó su alocución del mediodía de este ocho de marzo para felicitar a las mujeres nicaragüenses y alabar a su «buen gobierno», porque asegura es una administración que reconoce «la dignidad y espíritu valeroso de las mujeres». Pero, la segunda al mando calló sobre las 14 mujeres presas políticas de su dictadura y las decenas a las que ha obligado al exilio por denunciar las violaciones a los derechos humanos dirigidas por el Estado.
Murillo aprovechó su intervención para felicitar a «las mujeres que han luchado por la libertad y la conquista de nuestros derechos. Hoy ocho de marzo, recordamos la valentía y la nobleza de nuestras heroínas revolucionarias que regaron el camino y dieron sangre, sudor y lagrimas para que seamos libres, soberanas, mujeres potentes de la revolución». La vocera gubernamental es señalada por la comunidad internacional de ser responsable de crímenes de lesa humanidad y de ordenar los encarcelamientos contra opositoras, entre ellas una exguerrillera sandinista.
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En esa misma tónica destacó que dentro de sus estructuras se encuentran una gran cantidad de mujeres funcionarias en puestos públicos como diputadas y alcaldesas que afirman «deciden libremente». Recientemente la feminista y activista Ana Quirós refirió que en Nicaragua «las mujeres funcionarias son solo una pantalla, mujeres sin voz que no pueden hablar, porque pueden ser despedidas».
En ese sentido, sostuvo en entrevista con Artículo 66 que «la cantidad de mujeres funcionarias que han sido corridas es enorme, es mucho mayor que el de los hombres. Además, desde sus puestos en las diputaciones solo pueden hablar cuando se le da permiso en el partido. Deben callarse lo que piensan, lo que sienten y seguir las órdenes de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Ellas no tienen voz, tienen derecho solo a decir sí».

Las feministas consideran que, pese a que existe una Ley de 50-50 que busca la representación en espacios políticos de las mujeres, eso no se ve en la práctica porque quienes están tomando las decisiones del rumbo que lleva el país siguen siendo los hombres, en las instituciones del Estado. «No le veo ningún impacto positivo ni sostenibilidad. Más bien veo que utilizan a las mujeres como “fachada” para justificar que hay una ley. La calidad de la participación de la mujer no se ve en absoluto».
En cuanto a las mujeres rehenes de la dictadura, los grupos defensores de derechos humanos han exigido su liberación inmediata pues se encuentran apresadas por ser críticas de un régimen que actualmente las tortura física y psicológicamente desde su detención.
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La historiadora y excombatiente Dora María Téllez permanece en una celda de aislamiento y en un pabellón para varones. El régimen la condenó a ocho años de cárcel más la inhabilitación para ejercer cargos públicos, acusada bajo el supuesto delito de «conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional, de conformidad con los artículos 410 y 412 del Código Penal, en perjuicio de la sociedad nicaragüense y el Estado de Nicaragua».
Dora María fue detenida el 13 de junio de 2021, junto a la también presa política y declarada culpable Ana Margarita Vijil. Según sus familiares, su «único delito» fue estar en contra del régimen orteguista.
Las organizaciones defensoras recalcan que las 14 mujeres prisioneras del régimen «se desempeñaban en distintos ámbitos del quehacer social o político. Razón por la cual han sido detenidas y procesadas de forma arbitraria e ilegal», exigen su pronta liberación.