La presa política María Esperanza Sánchez, de 52 años, cumplió el 26 de enero dos años de estar encarcelada en el penal de mujeres conocido como «La Esperanza». La hija de la rehén lamenta el cautiverio que padece su madre «y todas las torturas físicas y psicológica que ha vivido» desde ese momento.
«Hace dos años recibimos la triste noticia de que mi madre había sido secuestrada, una noticia que nos impactó y nos ha marcado de por vida, todo el sufrimiento con el que hemos cargado junto a ella. La frustración, los sentimientos encontrados nos han invadido durante todo este tiempo», relató Sherly Sánchez.
Noticia relacionada: Movimiento UNA aboga por la libertad inmediata de los presos políticos para devolver la «armonía» a Nicaragua
La activista fue detenida el 26 de enero de 2020 en una casa de seguridad en Managua, donde estaba resguardada desde noviembre de 2019, debido al hostigamiento y amenazas de muerte profesadas por fanáticos del gobierno. El régimen orteguista la condenó a 10 años de prisión y el pago de 31 mil córdobas por el supuesto delito de tráfico de estupefacientes.
«Mi madre aún recuerda con tanto sufrimiento, con lágrimas, el día que fue apresada y todas las torturas tanto físicas como psicológicas que ha vivido. Solo Dios nos ha regalado esa fortaleza para poder soportar tanto sufrimiento, y le ha dado esa valentía a mi mamá para poder sobrellevar este calvario», asegura la hija mayor de la opositora.
Sánchez cuenta con medidas cautelares por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), las que le fueron otorgadas «tras considerar que (los beneficiarios) se encuentran en una situación de gravedad y urgencia de riesgo de daño irreparable a sus derechos, en el contexto de su privación de libertad en Nicaragua».
Noticia relacionada: Los dos deseos de la hija de Tamara Dávila: Que su madre regrese para siempre y que se acabe el COVID-19
«No perderemos las esperanzas y la fe de que pronto estarás de nuevo con nosotros tu familia y todos los que te queremos y anhelamos verte en libertad, disfrutando de tus nietas, de tus sobrinos de tus hermanos, compartiendo como siempre lo hacías, regalándonos ese amor y ese cariño que siempre nos das. ¡Te queremos y te deseamos libre madre! Y Nunca nos cansaremos de luchar por tu libertad», escribió Sherly Sánchez en sus redes sociales.
La CIDH también ha denunciado la situación de las mujeres privadas de libertad por el régimen de Daniel Ortega destacando que han sufrido violaciones a sus derechos humanos, agravadas en razón de su género, incluyendo actos de violencia sexual, así como de las condiciones de hacinamiento, falta de acceso a atención médica, alimentación inadecuada, castigos y torturas psicológicas.