El cronista deportivo Miguel Mendoza cumple este viernes, 21 de enero, siete meses detenido en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial, conocida como «El Nuevo Chipote». El preso político en reiteradas ocasiones ha pedido tener comunicación con su hija Alejandra, de siete años, pero el régimen de Daniel Ortega se lo ha negado.
El crítico del régimen Ortega-Murillo fue detenido la noche del 21 de junio de 2021 por efectivos de la Policía Nacional. El Ministerio Público acusó a Mendoza de supuestamente violar la Ley 1055, normativa usada para encarcelar a los opositores señalándolos de «realizar actos que menoscaban la independencia, la soberanía y la autodeterminación de Nicaragua».
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La dictadura de Nicaragua solo ha permitido cuatro visitas a los reos de conciencia encarcelados durante la cacería de opositores desatada a partir de mayo de 2021, meses antes de las elecciones de Daniel Ortega.
El primero de enero, Miguel Mendoza logró ver a sus familiares por cuarta ocasión desde su arresto. Margin Pozo, para esta visita, volvió a solicitar a las autoridades correspondientes que le permitan la entrada a su hija, para que la menor pueda tener comunicación con su papá, y otra vez, se lo impidieron.
«Ella ilusionada de que su papá pudiese, aunque sea llamarla (…), pero esta vez tampoco me permitieron que ella pudiera ingresar (durante la visita familiar)», manifestó Pozo al equipo de Artículo 66.
Esta negativa de las autoridades judiciales de no autorizar la visita de la hija de Mendoza no tiene asidero legal, explicó el abogado, Maynor Curtis, defensor del cronista. Margin Pozo continúa insistiendo a las autoridades que le permitan al opositor comunicación con su hija, sin embargo la respuesta por parte de las autoridades ha sido negativa
Curtis asegura que en ningún proceso penal o sentencia se restringen las visitas familiares, incluyendo las de menores de edad, siempre y cuando no represente un peligro para ellos como enfermedades o riesgos físicos. El Gobierno advirtió a los familiares de los presos políticos que no podían llevar a menores a verlos. Sin embargo, el abogado recalca que no existe ningún impedimento legal para prohibir el acceso a la menor.
«No hay un reglamento que niegue o apruebe la entrada de ellos. Sin embargo, el artículo 32 de la Constitución dice: “Nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda, ni impedido de hacer lo que la ley no prohíbe”, por lo tanto no se necesita una ley que diga que menores pueden entrar a hacer visitas», explicó el abogado.
Durante el encuentro sus familiares identificaron que pese al encierro que sufre el opositor, junto a más 160 rehenes políticos, «está animado y fortalecido en fe». Mendoza comentó a su esposa que permanece en una celda de castigo, la cual es totalmente cerrada y solo hay una pequeña abertura por donde le pasan la comida y otras cosas.
Sus parientes denuncian que las condiciones en la que se encuentra el crítico del régimen de Ortega-Murillo no han mejorado en estos siete meses. Al cronista deportivo los interrogatorios lo tienen «cansado», porque «todos los días lo interrogan para preguntarle lo mismo».
Miguel Mendoza ha perdido unas 20 libras en siete meses cautivo en las cárceles de «El Nuevo Chipote». Sus familiares continúan demandando al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo «condiciones mínimas» para los presos políticos como visitas más frecuentes, una mejor alimentación y el ingreso de frazadas u otro artículos personales. De igual forma, exigen su libertad inmediata.