El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) denunció la crítica situación en la que se encuentra el preso político Francisco Pineda Guatemala. Afirman que «su vida corre peligro en el Sistema Penitenciario de Tipitapa», por lo cual solicitan atención médica especializada de manera urgente.
Pineda fue operado de colostomía en el estómago. Actualmente, según sus familiares, el rehén de 37 años usa un aparato plástico que le funciona como intestino, el que desde 2021 la Cruz Roja Internacional pidió cambiarlo, a lo que el director del penal, conocido como «La Modelo», se negó. Aseguran que tampoco ha cumplido con la orden del juez, de enviarlo a valoración al Instituto de Medicina Legal lo que ha empeorado su condición de Salud.
Noticia relacionada: Dictadura de Ortega vuelve a arremeter contra España y le reclama «elecciones libres»
En el 2020, el Cenidh tramitó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) medidas cautelares para Pineda y otros 40 reos del régimen, que tenían problemas de salud graves y síntomas de COVID-19. El opositor presenta vómitos y diarreas.
Pineda fue condenado a cuatro años y medio de prisión y al pago de 16 mil córdobas de multa por el supuesto delito de «atentar contra el Estado de Nicaragua, fabricación de armas y uso de armas restringidas». El joven se dedicaba al oficio de albañil desde que tenía 20 años y era el sustento de su hogar. Fue detenido el 24 de enero de 2019.
Noticia relacionada: «Negarles abrigo en sus celdas es tortura», denuncian familiares de los presos políticos en El Chipote
Un día antes de la captura de Francisco Pineda, la Policía orteguista lo llegó a buscar a su casa en Villa Libertad. Al no encontrarlo se llevaron secuestrada a su esposa Nathanyeli Rivas Montiel, acción que ejecutaron en presencia de sus tres hijos menores de edad. Al siguiente día, Francisco se entregó en la estación 7.
Previo a su captura, sus familiares aseguran que el ahora preso político visitaba una iglesia evangélica con su mamá. Ahora en el penal no le dan oportunidad para asistir a celebraciones religiosas. Tampoco le permiten recibir clases alegando que «no tenía derecho».