Luego de la «autoproclamación» de nueva cuenta de Daniel Ortega junto a su esposa Rosario Murillo como la pareja presidencial de Nicaragua, con lo que se garantizan cinco años más en el poder, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la comunidad internacional podrían enfrentar una encrucijada frente a la crisis del país y el continente con el establecimiento de los partidos de izquierda.
El excanciller de México Jorge Castañeda aseguró en entrevista al programa Esta Semana que la crisis en Nicaragua podía ser discutida en la OEA durante su reunión de países miembros este 19 de enero, sin esperanzas de dar el siguiente paso en la aplicación de herramientas de condena en contra de la dictadura. «Almagro tiene los votos necesarios para realizar un informe muy crítico, pero no creo que le alcance para invocar la Carta Democrática Interamericana», expresó Castañeda.
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Para el exfuncionario mexicano, Estados Unidos no tiene una estrategia que ayude a resolver la crisis que enfrenta Nicaragua. «Más allá de la enorme simpatía que cada quien le puede tener a los presos políticos que se encuentran en la situación abominable en el caso de muchos de ellos en Managua, más allá del deseo que todos podemos tener de que vuelva una normalidad democrática a Nicaragua, los dilemas son reales para Estados Unidos, la Unión Europea y cualquier país», manifestó.

En cuanto a las sanciones aplicadas hasta el momento contra más de una treintena de funcionarios orteguistas. Castañeda aseguró al programa que dirige el periodista Carlos Fernando Chamorro que esos listados señalando a los corruptos y violadores de derechos humanos son insuficientes, pues se trata de un castigo individual que al final no afecta en casi nada a los operadores del régimen.
Por el contrario, instó a aplicar «sanciones más potentes como la aplicación de la Carta Democrática, la expulsión de Nicaragua del Cafta o su expulsión del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, todo eso son sanciones que pueden resultar, pero al mismo tiempo lastimar al pueblo de Nicaragua pues agudizarían seriamente la economía nicaragüense».
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Para Castañeda, las consecuencias de la perpetuación de Ortega en el poder serán lamentables para Nicaragua y Centroamérica, ya que significaría aceptar una normalidad dictatorial en la región. Ante esto, las acciones en demanda del restablecimiento de las libertades y derechos deberán continuar si se quiere superar la crisis, afirmó el politólogo.
«Por desgracia lo que hay en la sociedad mexicana frente a la situación de Nicaragua es indiferencia. No hay el tipo de interés, compromiso que hubo en la segunda mitad de los años 70 frente a la dictadura de Somoza y la causa del Frente Sandinista que le permite a (Andrés Manuel) López Obrador (presidente de México) sostener una postura fría ante lo que sucede en el país centroamericano», reprochó Castañeda,