El medio británico The Economist estima que en Nicaragua la tasa de decesos por COVID-19 pudo ser 137 veces mayor a la reportada por el Ministerio de Salud (Minsa).
La publicación inglesa detalla que en el país hubo entre 10,000 y 30,000 decesos, una cifra totalmente distinta a los 218 fallecidos que están registrados oficialmente por el Estado. Nicaragua es el país de la región de las Américas que menos fallecimientos ha asumido y es el que presenta el mayor subregistro de muertes.
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The Economist utilizó la metodología del exceso de mortalidad para ofrecer ese cálculo. Con ello, logró proyectar el número de muertes que podría haber alcanzado el país al compararlas con los números oficiales. Esta herramienta reveló que a nivel mundial hubo más decesos por COVID-19 que los admitidos oficialmente y los países como Nicaragua, Sudán del Sur, China, Burundi, Tanzania y otros, cuentan con un alto subregistro.
En su artículo “El verdadero número de muertos de la pandemia” sostienen que «aunque el número oficial de muertes causado por el COVID-19 ahora es de 5.5 millones, nuestra mejor estimación es que el número real es de 19 millones de personas. Encontramos que hay un 95 % de posibilidades de que el valor real se encuentre entre 12 y 22.2 millones de muertes adicionales». El medio británico logró acceder a los datos de mortalidad de 84 países de todo el mundo.
América, abatida por el coronavirus
En Norteamérica se estima que el número de decesos por COVID-19 podría ser un 40 % mayor a los 868,406 reportados, es decir, entre 1.1 y 1.2 millones de muertos.
Mientras tanto, en la región de América Latina y El Caribe se calcula que el número de muertes es 60 % superior a los 1.6 millones registrados. The Economist detalla que el número de fallecidos por coronavirus es entre 2.2 y 2.5 millones. Brasil y Perú destacan por ser los países con más decesos de la región.
«Estos datos dejan claro que el COVID-19 ha provocado la muerte de muchas más personas de lo que sugieren las estadísticas oficiales. Medido por exceso de muertes como porcentaje de la población, muchos de los países más afectados del mundo están en América Latina», detalla el medio.
En cuanto a Centroamérica, Costa Rica y Panamá tienen los registros más creíbles de fallecidos por COVID-19. El territorio tico posee un menor subregistro, ya que reporta, según datos oficiales 7,372 decesos y The Economist estima que la tasa de mortalidad ronda entre 4,600 y 10, 000 fallecidos.
Asimismo, ocurre en Panamá. El país registra 7, 465 fallecidos por coronavirus y se estima que en la nación han muerto entre 7,400 y 10,000 personas.
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La situación de El Salvador es totalmente diferente. La administración de Nayib Bukele ha informado de 3, 821 decesos y se estima que existe entre 11,000 y 30,000 pérdidas humanas por coronavirus. En Honduras, se registra un total de 10,443 decesos y el medio británico calcula que en este país hubo entre 22,000 y 51,000 muertos por la pandemia.
En el caso de Guatemala, que se ubica como el país de la región centroamericana que más fallecidos reconoce, el medio inglés calcula entre 45,000 y 56, 000 muertos por COVID-19, en comparación a los 16,125 decesos registrados.
Nicaragua es el país con menor número pérdidas humanas reportadas por las autoridades del Minsa. De acuerdo a los datos oficiales, desde el 26 de marzo de 2020 que reportaron el primer muerto por COVID-19, la nación ha acumulado un total de 218 fallecidos por la pandemia. Desde octubre de 2020, la institución congeló la cifra de decesos a uno por semana. Por su parte, The Economist calculó entre 10,000 y 30,000 decesos, es decir, un 12,000 % superior a las estadísticas registradas por el Minsa, este subregistro no lo tiene ningún país de la región.
Otros países que se relacionan a esta estimación de subregistro son Haití y Venezuela, aunque no sobrepasan los datos «ocultos» de Nicaragua.
El Minsa junto al gobierno de Daniel Ortega desde el inicio de la pandemia han pretendido minimizar su impacto y desarrollo en el país. Las autoridades correspondientes se han encargado de centralizar y omitir información, con el simple objetivo de exteriorizar al pueblo nicaragüense que tienen bajo «control» el progreso del COVID-19 en Nicaragua.
Los especialistas The Economist subrayan que «aunque las estadísticas de exceso de muertes son la medida más completa de el costo humano de COVID-19, solo están vagamente vinculados a la cantidad de personas que han sido infectadas con SARS-CoV-2 porque el virus es tan mucho más mortal en las personas mayores que entre los jóvenes.Por lo tanto, los datos de exceso de muerte solo pueden usarse como un buen indicador de la propagación de COVID-19 si también tiene en cuenta la demografía».