La expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, considera que las sanciones individuales y la supresión de visas a funcionarios de régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo se deben «intensificar» porque la dictadura de Nicaragua «solo entenderá en condición de extrema presión».
«Lo único que ellos quieren es seguir aferrados al poder bajo sus propias reglas. No se moverán hasta que concurran tres condiciones: la primera es que se sientan asfixiados por la comunidad internacional, la segunda es que el apoyo de su alianza internacional se debilite y el tercero es si hay un descontento y tensiones entre la población», enfatizó la exmandataria en el panel «Nicaragua 2022: ¿Es posible una transición política?», organizado por Diálogo Interamericano.
El panel, conformado por diplomáticos, familiares de presos políticos, analistas y periodistas concluyó que la liberación de los reos de conciencia es una de las principales demandas que la comunidad internacional tiene que mantener en la agenda global, aunque las peticiones y demandas de los distintos gobiernos sean ignoradas por la dictadura de Managua.
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«Se deben intensificar las sanciones dirigidas e individuales como restricciones de visas y viajes, congelamiento de acceso y apertura de investigaciones de lavado de dinero, narcotráfico y violaciones de derechos humanos. Esas medidas deben estar dirigidas a los miembros de la familia Ortega-Murillo, sus aliados cercanos y funcionarios claves del régimen, a instituciones claves como el Ejército, particularmente el fondo de pensiones que es el principal grupo inversionista de ese país con activos invertidos en la bolsa de valores de Estados Unidos. Daniel (Ortega) solo entenderá en condición de extrema presión», dijo la exmandataria costarricense.
Solidaridad y apoyo internacional
Ana Lucía Álvarez Vijil, hermana de Tamara Dávila y sobrina de Ana Margarita Vijil, ambas presas políticas del régimen Ortega-Murillo, reconoció que la comunidad internacional ha sido «muy activa» y expresó su agradecimiento, pero considera que «se puede hacer mucho más».
«La misma determinación que muestran algunos gobiernos al abordar los derechos humanos en Ginebra, debe traducirse en mayores esfuerzos para obtener, al menos, trato humanitario al preso; así como un procedimiento legal justo. Si no exigen la libertad debido a su creencia democrática, se puede condicionar la asistencia a la financiación», recomendó.
Jesús Tefel, dirigente de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), manifestó que todos los líderes de la oposición, en este momento, están en prisión, exiliados o escondidos en el país y que están pasando por un «momento difícil debido a la represión» porque Daniel Ortega «cerró toda la posibilidad de hacer política dentro de Nicaragua».
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Hugh Adsett, embajador de Canadá ante la Organización de Estados Americanos (OEA), enfatizó que es importante asegurar que los actores democráticos dentro de Nicaragua «trabajen juntos y continúen haciéndolo para ejercer presión sobre el régimen a nivel nacional y reconocer los desafíos significativos que obviamente vienen con eso».
«Como parte de eso, también hay una necesidad de que la comunidad internacional mantenga primero la solidaridad y construya un amplio apoyo internacional. Una de las formas en que tratamos de hacer eso es a través de la OEA», señaló.
«El liderazgo y las organizaciones políticas son cruciales para lograr sincronía entre la presión local y la presión internacional para que podamos ganarle a Ortega de la manera más efectiva. Otro aspecto importante es que Ortega ya no representa soluciones para el pueblo nicaragüense. Se ha demostrado que, en el país, la principal causa del deterioro económico y social son las dictaduras que afectan incluso a las personas que le han sido leales», añadió Tefel.
Abogan por la liberación de las personas presos políticos
Gonzalo Koncke, jefe de gabinete del secretario general de la OEA, Luis Almagro; dijo que los presos políticos «son la preocupación más urgente que debe tener la comunidad internacional» y que su liberación debe ser «absoluta, completa e inmediata». «Es muy difícil el camino a seguir y es muy difícil la tarea por delante, pero en la Secretaría General estamos trabajando incansablemente todos los días en ese sentido, para ver si hay posibilidad de revertir esta trágica situación que vive el país», explicó.
«Es muy difícil trabajar con Managua y con Ortega-Murillo en este contexto, es algo que todos sabemos, pero al mismo tiempo el secretario general de la OEA, ha sido de los pocos; sino el único actor que pudo entregar algunos resultados en el contexto de la trágica situación de Nicaragua», añadió.
La dictadura en Nicaragua mantiene tras las rejas a 170 personas presas políticas. La crisis sociopolítica, económica y migratoria se agravará en los próximos años con el nuevo mandato presidencial del binomio Ortega-Murillo que inició el 10 de enero de 2022 cuando el dictador juró por cinco años más en el poder.