El Ministerio de Educación (Mined) anunció que a partir de este lunes, tres de enero, las comunidades educativas retoman su trabajo para organizar el año lectivo 2022. Nicaragua se encuentra por debajo del promedio de la región en Ciencias, Matemáticas y Lectura, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación (UNESCO).
El asesor presidencial en temas educativos, Salvador Vanegas, dijo ante medios gubernamentales que, desde el cinco de enero, los directores y subdirectores de todos los centros públicos del país estarán atendiendo para continuar con el proceso de matrícula. Vanegas no detalló la cifra de estudiantes inscritos a la fecha, sin embargo, en los últimos años, el Mined ha reportado una matrícula escolar superior al millón y medio de estudiantes.
Ese día, cinco de enero, también darán inicio los cursos de reforzamiento escolar para los estudiantes de primaria y secundaria que van a reparar clases. Añadió que, del 5 al 7 de enero, sesionarán las comisiones de trabajo conformadas por el Ministerio de Educación, Instituto Nacional Tecnológico, Sistema educativo regional del Caribe y universidades para «organizar la ruta del primer trimestre en diferentes temas de nación» relacionadas con la formación docente, el inglés como segundo idioma, elaboración de material educativo, entre otras.

«Esta semana iniciamos una serie de actividades que nos van a permitir que el día 24 de enero todos los centros de estudios estén en óptimas condiciones en la organización del personal docente, en el acondicionamiento de los ambientes escolares, de infraestructura escolar, del mobiliario, de los materiales educativos, de la merienda (escolar), para que se desarrolle un proceso eductivo de calidad, de aprendizaje y que permita aportar a la batalla de reducción de la pobreza», indicó.
Nicaragua se encuentra por debajo del promedio de la región en Ciencias, Matemáticas y Lectura, según los resultados del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) de la UNESCO, que urgió al país centroamericano desarrollar un plan educativo.
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Ante los retos que enfrenta Nicaragua, el primer avance sería aumentar la inversión en el sector a un siete por ciento, indicó el doctor Jairo Flores, docente investigador en Educación. «Un país que no invierte en educación es un país que vive atrasado en desarrollo y conocimiento, por lo tanto, elevar el PIB (Producto Interno Bruto) del 4 por ciento al 6-7 por ciento, sería maravilloso; pero, mientras no se le de la importancia, difícilmente se obtendrán elementos capaces para enfrentar los retos de la vida», dijo a Artículo 66.

Como segundo punto destacó la necesidad de aumentar el salario del profesor/a y equipararlo a los salarios a nivel centroamericano. «(El incremento salarial) ha salido en campañas de sindicatos, pero la realidad es otra en Nicaragua. Los docentes ganan muy poco y deben tener un segundo o tercer trabajo para tratar de solventar los 15 mil, 16 mil córdobas de la canasta básica».
Flores añadió que, además, se requiere una educación que responda a la realidad de Nicaragua y actualizar los métodos educativos en temas pedagógicos, metodológicos y didácticos. «No podemos seguir usando el currículum educativo de otros países por muy bonitos que parezcan, tenemos que adecuar a lo que realmente necesita el país y, con base en ello, presentar una oferta académica acorde a esa realidad», indicó.
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Como cuarto punto señaló reforzar o nivelar los contenidos que por la pandemia del COVID-19 no se impartieron o no se aprendieron correctamente. «Muchos padres de familia no enviaron a sus hijos a clases. Hoy (los estudiantes) van a ir a un grado superior y esos conocimientos van a hacer falta, por lo tanto se necesita un plan masivo de reforzamiento escolar constante y sistemático para tratar de nivelar esos conocimientos».
De la mano con esta problemática, el investigador manifestó que se requiere capacitar masivamente al personal educativo con el uso de plataformas virtuales para enseñar en línea, y dotar con medios digitales y acceso a internet al personal docente y centros de estudios del ámbito urbano y rural. «El año pasado (2021) se desnudó una realidad nicaragüense de que no estábamos preparados para enfrentar ese fenómeno de educación en línea; se hicieron esfuerzos grandes a través de las teleclases, pero no produjo lo que se esperaba».

También reiteró la urgencia de cuidar la vida de la comunidad educativa y seguir un manual de bioseguridad ante la pandemia, que incluya evitar la aglomeración en las aulas de clases.
A su vez, Flores hizo énfasis en que Nicaragua debe garantizar el acceso a la educación sin exclusión de ninguna índole, «que las cosas ideológicas queden en segundo plano». Manifestó que, mientras no se superen estos desafíos, «seguiremos estando aplazados en las pruebas que aplica la UNESCO para crear estudiantes autónomos, que piensen por sí solos y den a conocer sus puntos de vista».