Los opositores de la Unidad Nacional Azul y Blanco (Unab) consideran que las actuales condiciones en las que se encuentra Nicaragua no permiten que en el país se desarrolle un diálogo que busque una salida cívica y pacífica de la crisis sociopolítica y económica que se arrastra desde 2018.
Alexa Zamora, del Consejo Político de la Unab, explicó que el anuncio de los emisarios del régimen es nada más un «intento de la dictadura de volver a su modelo» corporativista de «acuerdo de convivencia» con el régimen de Ortega que mantenía con el sector privado.
Juan Diego Barberena, también del Consejo Político de la Unab, argumentó que un diálogo en ese momento iría en «plena simetría a favor de la dictadura, con rehenes en las cárceles, sin derechos fundamentales, sin libertad de movilización, sin libertad de organización, sin poder expresarnos en los medios de comunicación no es garantía de solucionar los problemas del país; lo que va a generar es un poco más de viabilidad y legitimidad a Ortega».
Zamora asegura que los diálogos anteriores con la dictadura han servido para «oxigenar» al régimen. «Ortega va a convocar a un diálogo hecho a su medida, con los actores que ellos crean que van a ayudarle a validar este proceso y obtener legitimidad. Eso hay que tenerlo muy claro».
«Cualquier proceso eventual a mediano plazo o a corto plazo, tiene que cumplir con garantías. No podemos seguir confiando en la voluntad política de Ortega ya que ha demostrado claramente que cuando se sienta a dialogar, cuando pretende establecer estos mecanismos tiene que estar en seria desventaja. No podemos volver a confiar que se van a firmar acuerdos y no hay presión para que se cumplan», manifestó.
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«Nosotros tenemos un compromiso con la salida cívica y pacífica. Esto implica procesos, ciertas acciones que se deben llevar a cabo y esto nos coloca en una situación bastante complicada. No podemos tener diálogo, no podemos tener procesos, no podemos tener nada mientras tengamos presos políticos y sigamos en la situación que aún nos encontramos», agregó.
Presos políticos no son moneda de cambio
Aseveró que no pueden reconocer la configuración de ese diálogo y menos si el tema de discusión es si liberan o no a los presos políticos, si devuelven las garantías constitucionales, «que ya fue aprobado en 2019, y que no ha cumplido».
«Los presos políticos no son moneda de cambio, eso es lo que el régimen pretende pedir en un dialogo o negociación donde quieren que la contraparte esté en desventaja para cambiar presos políticos por temas que a ellos les interesa», explicó.
Los opositores manifestaron que las precondiciones para el diálogo son: libertad de presos políticos, plena libertad de expresión y movilización; que se respete los derechos humanos y el retorno seguro de los exiliados.
«Ahí si están dadas las condiciones; está puesto de relieve el ambiente habilitante para discutir y dialogar la reforma electoral profunda que el país necesita para adelantar las elecciones generales, en sustitución de las del siete de noviembre, y elegir un nuevo régimen político en el país», enfatizó Barberena.
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Después que se cumpla todo esto, la Unab podría valorar la conveniencia o no de un proceso de diálogo, tomando en cuenta quiénes serán los garantes. «El estilo de Ortega es: firmar me harás, cumplir jamás», alegó Zamora.
«Si en algún momento se va a tener un proceso de diálogo no va a ser este diálogo un diálogo para intercambiar presos políticos por legitimidad, no va a ser un diálogo donde la ciudadanía no tenga acceso a ejercer sus derechos, donde esto sea solamente para volver a oxigenar a Ortega y hacer un nuevo régimen de convivencia con la dictadura. Hemos sido enfáticos en que no vamos a ceder ante estos puntos», añadió.
La opositora manifestó que ningún grupo u organización que se declare abiertamente opositor será parte de ese proceso de diálogo. «El pueblo nicaragüense merece un proceso verdadero que garantice una transición democrática, no los parapetos de diálogo y votaciones que Ortega ha hecho», afirmó.