La mayoría de los embajadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) propusieron al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo que inicie un diálogo abierto, amplio, inclusivo y verdadero para que, de forma democrática, se logre una solución pacífica a la crisis sociopolítica que arrastra Nicaragua desde 2018. El diálogo tendría que culminar con unas elecciones libres, justas, transparentes y competitivas que se debería hacer en el menor tiempo posible, según los delegados de varios países de América.
Esta sesión extraordinaria es en seguimiento a la resolución de la 51° Asamblea General de la OEA que orientó al Consejo Permanente a realizar una «evaluación colectiva inmediata» de la situación política que vive Nicaragua, en concordancia con la carta del organismo y la Carta Democrática Interamericana, «teniendo en consideración la falta de transparencia de las elecciones que han tenido lugar el siete de noviembre del presente año». Tras la resolución de la Asamblea General, el 19 de noviembre el régimen de Daniel Ortega denunció la Carta de la OEA y anunció la decisión de abandonar el organismo continental.
El representante alterno de Ecuador ante la OEA, Marcos Ponce, dijo que el régimen de Daniel Ortega no podrá librarse de sus obligaciones jurídicamente vinculante las consagradas en la normativa interamericana, que les son plenamente aplicables. «La decisión (de denunciar la Carta de la OEA) contribuye a su mayor aislamiento en perjuicio del sufrido pueblo nicaragüense», afirmó.
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«La única solución sostenible y democrática para Nicaragua, que permita superar la grave crisis política, económica y social por la que atraviesa, consiste en entablar un diálogo genuino e inclusivo entre todas las partes involucradas. El diálogo debe conducir al más breve plazo a la celebración de nuevas elecciones presidenciales y legislativas justas libres y transparentes bajo supervisión internacional», recomendó.

Washington Abdala, representante permanente de Uruguay, lamentó la decisión de Nicaragua de denunciar la Carta de la organización y aseguró que dicho documento es para establecer objetivos y propósitos compartidos y medios de acción adecuados que «sirven para defender la democracia en el continente y aportarles a los pueblos mayores niveles de bienestar».
«Hacemos votos para que el gobierno de Nicaragua retorne a la vía del diálogo, de la negociación con la oposición política del país para buscar una pronta solución a la crisis política institucional que el país atraviesa», afirmó Abdala.
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El representante permanente de Argentina, Carlos Alberto Raimundi, manifestó que se deben priorizar las acciones diplomáticas y el diálogo y abogaron por la reconstrucción de los canales de comunicación con el régimen de Ortega para que se logre el cumplimiento del respeto a los derechos humanos.
Anabel Bueno, representante alterna de República Dominicana,sostuvo que su país confía en que la solución pacífica de la crisis nicaragüense pasa por un «diálogo mediante un proceso que restaura la confianza entre las partes y que con lleve a la celebración de nuevas elecciones, que sean justas, libres y transparentes y que reflejen la voluntad del pueblo nicaragüense; con garantías para todos los actores de grupos políticos y el acompañamiento de la comunidad internacional».

El representante interino de Paraguay, Raúl Martínez, señaló que su Gobierno hace un llamado al régimen a generar espacios de diálogo y entendimiento que tenga como centro del debate el bienestar del pueblo nicaragüense.
Hugo Adsset, representante permanente de Canadá ante la OEA, manifestó que su país está dispuesto para apoyar, desde el organismo, a que Nicaragua pueda cumplir con sus responsabilidades democráticas y obligaciones internacionales.
Daniel Zovatto, director regional para América Latina y el Caribe en el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA), adujo que la crisis que vive Nicaragua es una de las más graves desde el retorno de la democracia en América a partir del año 1978. El especialista recomendó a la comunidad internacional actuar con toda la firmeza y decisión, «mantener la puerta del diálogo abierta, pero un diálogo honesto».
Además, aseveró que es necesario «atacar» a Ortega económicamente y solicitar al Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo y Banco Centroamericano de Integración Económica, suspender el desembolso de todos los créditos al régimen de Ortega hasta que pare su «deriva autoritaria».
Ortega se declara víctima de «campaña de mentiras y agresiones»

El dictador Daniel Ortega mandó a su representante alterno ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Michael Campbell Hooker, a «rechazar categóricamente» la sesión extraordinaria del Consejo Permanente del organismo que aborda nuevamente la situación de Nicaragua como seguimiento a la resolución de la 51° Asamblea General de la OEA, misma que declaró ilegítimas las elecciones presidenciales que selló un cuarto mandato consecutivo de Ortega.
«Nicaragua rechaza de manera categórica la convocatoria de esta sesión ilegítima, señalando que únicamente procura perpetuar la campaña de mentiras y agresiones en contra del pueblo digno, libre, soberano y humilde de Nicaragua», dijo Campbell y después leyó íntegramente la carta de denuncia de Nicaragua a la Carta de la OEA. El 19 de noviembre Ortega decidió iniciar la ruta para abandonar el organismo continental.
El emisario de la dictadura orteguista señaló que las acciones que se promueven desde el seno de la OEA «atentan directamente contra los derechos del pueblo nicaragüense, contravienen y transgreden los principios fundamentales del derecho internacional; y en tiempos de grandes retos y desafíos nacionales regionales e internacionales; procuran sembrar la discordia y la división en lugar de la solidaridad y la genuina cooperación de los pueblos de este hemisferio».