El ex eurodiputado Ramón Jáuregui aseguró que las elecciones presidenciales en Nicaragua se realizarán en «condiciones democráticamente inaceptables», que son una «una farsa» porque «no hay por quién votar. No hay por qué votar». Además, hizo un resumen de las violaciones a los derechos humanos de los nicaragüenses desde abril 2018, cuando el régimen de los Ortega-Murillo aplastó a punta de represión las protestas sociales, según el artículo de opinión «De la revolución a la tiranía», publicado en El Diario Vasco, de España.
El político recordó su visita a Nicaragua en enero de 2019, cuando encabezó la delegación del Parlamento Europeo para visitar a los presos políticos que estaban en las cárceles del país. Unos en el Sistema Penitenciario de Varones Jorge Navarro y otras en la cárcel de mujeres conocida como «La Esperanza».
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Para esa fecha, conoció al periodista Miguel Mora, uno de los rehenes de Ortega que estaba confinado a no ver el sol y encarcelado por informar sobre la cruenta violencia de la dictadura. Mora fue liberado en junio de ese mismo año y en junio de 2021 fue apresado nuevamente por expresar sus intenciones de competir contra Ortega por la silla presidencial.
Jáuregui afirmó que la delegación del Parlamento Europea «abrió un horizonte de negociación» para que en Nicaragua se desarrollara un un proceso electoral democráticamente aceptable y hasta la comunidad internacional «presionaba» por unas elecciones libres en noviembre de 2021.
«Ortega y su Frente Sandinista intuyeron que podían perder y aquí se inició una nueva ola represiva que ilegalizó partidos, cerró periódicos y medios de comunicación, hostigó a líderes campesinos, sociales y estudiantiles y finalmente encarceló, con acusaciones delirantes, a todos los candidatos a la Presidencia», explicó.
También señaló que Ortega encarceló a los aspirantes presidenciales y mantiene en arresto domiciliario a la candidata más popular, Cristiana Chamorro; criticó la expulsión de los organismos internacionales de derechos humanos; el retiro de los embajadores como la de España; el exilio forzado de Sergio Ramírez; la falta de libertades y los ataques de la dictadura orteguista a los obispos de la Iglesia Católica.
«Una policía del Frente, paralela a la oficial, pero sin control, siembra el miedo y la coacción por doquier y miles de líderes, mediáticos, sociales y políticos, han tenido que abandonar el país. Esta es la Nicaragua de hoy y la que está llamada a votar el próximo 7 de noviembre, sin observación electoral internacional y en unas condiciones democráticamente inaceptables. Una farsa. No hay por quién votar. No hay por qué votar», dijo.
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«Las democracias pueden definirse de muchas maneras. Hay una que es simple pero rotunda: es la aceptación de la derrota, la admisión de la alternancia política. Es el reconocimiento de que el pueblo vota en libertad y al hacerlo puede poner fin a tu poder», agregó.
Según Jáuregui, Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua están en manos del «narcotráfico, de populistas o de simples dictadores» y que, aunque firmaron los Acuerdos de Esquipulas para encontrar la paz no lograron el progreso y el bienestar.
«Ningún ideal de justicia y de igualdad social puede sostenerse negando las libertades y el pluralismo político», finalizó.