La iglesia San Jerónimo, en Masaya, celebró a puertas cerradas la misa en honor a «Tata Chombo», que cada 30 de septiembre se realiza acompañada de una procesión a la que asisten miles de promesantes de todas pastes de Nicaragua, sin embargo, por segundo año consecutivo la actividad religiosa se canceló para evitar más contagios y muertes por el COVID-19.
En la misa estuvieron párrocos de otras iglesias de Masaya e integrantes de la Cofradía de San Jerónimo, así como algunos miembros de la parroquia, quienes tomaron todas las medidas higiénicas.
El Padre José Antonio Espinoza, cura párroco de San Jerónimo no estuvo presente, por motivos de salud, sin embargo no se especificó las causas del padecimiento.
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La homilía estuvo presidida por el vicario foráneo y párroco de la iglesia Nuestra Señora de la Asunción, Bismark Conde, quien agradeció a toda la feligresía católica que ha acatado las recomendaciones de los jerarcas católicos para evitar la aglomeración.
«Vamos a unirnos con tantos hermanos nuestros que ahora sufren por esta pandemia. Oramos por ellos que luchan por su vida, por su familia; que el Señor les dé la paciencia; oramos también por tantos hermanos y amigos que han fallecido, los ponemos en la misericordia del Señor», expresó Conde.
«Superar la intolerancia y la división»
En la prédica, el padre Bismark Conde refirió que «hay aspectos de la palabra de Dios que necesitan ser traducidos con un énfasis especial. No podemos dejar de pensar en como traducir la paz que nos trae Jesús resucitado, de ahí que nuestro entorno social pide esa paz que nos permite muchas veces superar la intolerancia, el enfrentamiento, la división».
«Tenemos que pensar cómo traducir la valoración y el respeto a la vida, a los derechos fundamentales del hombre, que Dios nos ha comunicado a todos nosotros sus hijos» agregó.

El párroco afirmó que los cristianos necesitan traducir en acciones concretas el amor a la vida, «el reconocimiento de Dios como único Señor de la vida. De ahí que cuando nuestra sociedad busca la felicidad por todos los caminos, algunos inevitablemente equivocados, los católicos tenemos que traducir en nuestra vida concreta la alegría de ser cristiano».
Aglomeración en las afueras del templo
Pese a las recomendaciones de la iglesia, quien ha llamado a evitar aglomeraciones, un grupo de ciudadanos llegaron a las afueras del templo y con filarmónicos tocaron música alusiva al «patrono» de los masayas.
A través de vídeos en redes sociales se logró observar que no se tomó medidas de higiene, mucho menos procuraron el distanciamiento social. El 27 de septiembre, el párroco José Antonio Espinoza comunicó que la imagen no sería expuesta en el atrio, para evitar aglomeraciones.
«He estado pendiente de la situación de COVID-19 en nuestra ciudad especialmente, como también he escuchado el parecer de médicos. Pero también vi en fotos y videos, la aglomeración que se dio el día 20 (de septiembre), en la “Bajada” de la imagen de San Jerónimo sin distanciamiento físico» alegó Espinoza.
Alcaldía Orteguista promueve sus propias fiestas
Para el siete de octubre, la tradicional «octava» se realizará igualmente a puertas cerradas y la imagen no será expuesta en el atrio de la iglesia de San Jerónimo.
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Pese a que la iglesia católica ha llamado a evitar aglomeraciones, la Alcaldía de Masaya, por segundo año consecutivo, ha organizado sus propias fiestas en honor a San Jerónimo, usurpando las funciones de la Iglesia y una vez más sacarán su propia imagen para desafiar las disposiciones de los jerarcas católicos.
La imposición de la Alcaldía sandinista se ampara en que «las fiestas patronales de San Jerónimo constituyen una celebración religiosa y tradicional del pueblo de Masaya y son una muestra característica de nuestra identidad cultural que promueve el rescate de la cultura, tradiciones y costumbres».