La vocera gubernamental de Nicaragua, Rosario Murillo, implícitamente reconoció que tanto ella como su marido, el dictador Daniel Ortega, prefieren mandar a sus ministros a hacerles su campaña proselitista con miras a las elecciones de noviembre próximo porque tienen miedo de salir ellos a los departamentos ante el rebrote masivo de coronavirus que vive el país.
Los Ortega-Murillo se impusieron nuevamente, dentro de su partido el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), como candidatos a la Presidencia y Vicepresidencia, respectivamente. Pretenden reelegirse el próximo siete de noviembre en un proceso electoral que ha estado plagado de sucias maniobras en las que han utilizado al Poder Judicial, el Ministerio Público y el Consejo Supremo Electoral (CSE), todos controlados por ellos, para sacar del juego a cualquier competidor de la oposición que pueda poner en peligro sus pretensiones de eternizarse en el poder.
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Con el camino despejado de competencia, la pareja presidencial prefiere resguardarse por la pandemia del coronavirus y no salen a hacer campaña política electoral y solo están mandando a sus ministros a los territorios del interior del país a hablar en nombre de ellos.
La bandera de campaña y plan de Gobierno de los dictadores es el llamado «Plan de Desarrollo Humano» en el que prometen continuar con sus programas populistas, muchos de ellos importados de la Venezuela de los tiempos de Hugo Chávez y del Brasil de la época de Lula Da Silva. Pero ni Ortega ni Murillo se atreven a salir a los departamentos a presentar su proyecto.
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Cada día la vocera gubernamental anuncia por donde andarán sus enviados, principalmente el sancionado presidente del Banco Central de Nicaragua (BCN), Ovidio Reyes, o el excoordinador de la paraestatal Juventud Sandinista (JS), Bosco Castillo.
Murillo anunció en su alocución diaria a través de sus medios propagandísticos que Reyes, quien un tiempo fue considerado el mejor técnico de finanzas que había llegado al BCN y ahora se ha convertido en un propagandista de Daniel Ortega, estaría en Chichigalpa presentado el Plan de desarrollo Humano. Ya antes lo ha hecho en León, Chinandega Ocotal.
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Asimismo la vocera del régimen anunció que su operador político salido de la JS Bosco Castillo estaría en el municipio de Rosita también presentado dicho plan «que quiere decir comunicando, escuchando y dialogando sobre ese plan de desarrollo», según Murillo.
En ninguna de sus intervenciones, la vicedictadora se ha referido a la posibilidad de que ella u Ortega vayan a viajar a los territorios a realiza campaña electoral o reunirse con sus seguidores. Desde que empezó la pandemia en Nicaragua la pareja dictatorial no ha salido a los departamentos y sus actos públicos son con una muy reducida participación de sus adeptos y a larga distancia mientras promueve para el resto del pueblo miles de actividades de aglomeración desafiando las advertencias de organizaciones de salud nacionales e internacionales sobre los peligros de contagios.