El epidemiólogo Leonel Argüello lanzó un vehemente llamado a la población nicaragüense a colaborar en la lucha contra la acelerada propagación del COVID-19 que atraviesa el país, lo que catalogó como un verdadero «desastre sanitario» ante el cual no se están tomando las medidas adecuadas y más bien se están promoviendo los contagios al punto que, según dijo en entrevista con Artículo 66, Nicaragua puede ser cuna de una nueva variante de Coronavirus más peligrosa que la delta.
«En Nicaragua tenemos un desastre sanitario, económico y social con la COVID-19 y a pesar de ello, seguimos con los ojos y los oídos tapados, sin actuar lo suficiente a nivel gubernamental y de la ciudadanía, por lo que seguiremos pagando la irresponsabilidad con muertes y con sufrimiento humano ahora, y después, con un alto daño a nuestra salud física y mental, lo que que podrían ser evitables tomando las medidas de prevención», advirtió con preocupación el experto en epidemiología.
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Explicó que cuando se refiere a que existe un desastre es porque la cantidad de personas enfermas y fallecidas y las capacidades del sistema de salud están en su nivel límite.
«Nos referimos a que estamos en una situación extraordinaria y se deben tomar medidas extraordinarias. Un problema de un metro de altura no se soluciona con medidas de 10 centímetros sino con medidas de 1.50 o 2 metros. Por lo tanto tiene que existir correspondencia entre el tamaño del problema y las medidas a tomar para solucionar esa crisis», ejemplificó el experto para denotar que el Gobierno de Nicaragua ha minimizado la pandemia desde que se conoció el primer caso el año pasado y además oculta información tanto a la población como a los organismo internacionales de salud.
Argüello indicó que «en el caso nuestro, tenemos un desastre porque no se han tomado las medidas adecuadas. El mismo Gobierno solo ha asumido que todas las semanas tiene más casos pero (reportan) la mitad de lo que reporta el Observatorio Ciudadano (del COVID-19) y un solo fallecido, mientras se conoce de al menos 83 muertes por semana, segun las cifras independientes».
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Advirtió que ya se conoce sobre la escasez de oxígeno, algo muy necesario y fundamental para combatir la enfermedad. «Los hospitales privados están saturados, los públicos también aunque no lo dicen. Es muy difícil tapar esa realidad», dijo.
Al referirse a las largas vacaciones de fiestas patrias e invitación a miles de actividades de aglomeración que ha anunciado el régimen, a través de la vocera gubernamental, Rosario Murillo, el exdirector de epidemiología del Ministerio de Salud (Minsa) observó que, incluso debería dar más tiempo, unos 15 días pero sin que nadie se mueva de sus casas o con movilidad restringida. «No hay que seguir promoviendo la aglomeración de la gente. Le hacemos un llamado a la población que no se aglomere, que no vaya a esas actividades donde podría contagiarse», exhortó.
Nicaragua podría ser cuna de peligrosa variante
El doctor Argüello, que es reconocido como uno de los más prominentes epidemiólogos del país, advirtió que Nicaragua no solo tiene la variante delta, sino que «posiblemente va a producir una variante peor (más peligrosa) que la delta porque es el único país en el mundo donde se está promoviendo que su población se contagie, se enferme, se complique y muera o quede con secuelas o daños posteriores a la enfermedad».
Por ello hizo el llamado a las autoridades y a la población en general para que no vean las aglomeraciones solo en los actos políticos partidarios, fiestas o actividades religiosas no autorizadas, sino también en las actividades de las iglesias evangélicas, los buses, los bares y restaurantes e incluso en las largas filas que se forman en los centros de vacunación. «En todos esos lugares se promueve la aglomeración y el contagio porque no se están tomando las medidas de precaución como la distancia, el lavado de manos y el uso de mascarillas».
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Según el Observatorio Ciudadano del COVID-19, solo entre mayo y julio del presente año se registraron al menos 538 fallecidos, pero el Minsa informa de 13, una persona por semana.
Al respecto, el epidemiólogo indica que «es imposible (tener las cifras del Minsa), hay poquísimos países en el mundo que puedan tener esas cifras. Hay tres realidades, la del Minsa que es un subregistro enorme, alrededor del 92 por ciento; la del Observatorio (Ciudadano del COVID-19) que sigue siendo un subregistro que puede acercarse a la mitad de la realidad pero el mejor termómetro lo puede decir la población. En cualquier barrio o comunidad se puede constatar que las cifras son muy altas. En una sola familia con la que hablé, hubo 50 afectados de los cuales dos están muy mal», reveló el experto en una entrevista con Carlos Fernando Chamorro, de Esta Semana.
