La exguerrillera sandinista Mónica Baltodano anunció que salió de Nicaragua junto a su esposo, Julio López Campos, y su hija Mónica López Baltodano. La decisión de exiliarse llegó tras varios meses de vivir en la clandestinidad debido a la persecución del régimen Ortega-Murillo que «apuntaban a convertir a toda nuestra familia en prisioneros políticos», explicó.
«Con este mensaje queremos hacer del conocimiento público la difícil decisión tomada por tres integrantes de nuestra familia (…) Luego de meses de vivir prácticamente en la clandestinidad, y ante la brutal oleada represiva que vive el país, hace pocos días decidimos salir temporalmente de Nicaragua, recorriendo una ruta por punto ciego para exiliarnos», señala Baltodano en un escrito publicado en su cuenta de Facebook.
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Baltodano y su familia se unen a los más de 100 mil nicaragüenses que han huido de Nicaragua por la represión gubernamental, persecución, hostigamiento y falta de oportunidades que genera la dictadura orteguista desde el año 2018 para preservar su libertad e integridad.
En septiembre de 2018, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) concedió medidas cautelares a Mónica López Baltodano y sus allegados, porque «los derechos a la vida e integridad personal de la propuesta beneficiaria se encuentran en grave riesgo. La Comisión considera en ese momento que dicha situación de riesgo se extiende a su núcleo familiar, quienes también podrían verse afectados».
Pese a ello, Baltodano denunció que su familia podría ser apresada por su papel de opositoras y por las incesantes acciones de espionaje, presencia cotidiana de la inteligencia policial, hostigamiento y persecución política de la dictadura Ortega-Murillo.
«Son más de 20 años acumulados de disidencia y confrontación política con el régimen orteguista. Hemos denunciado sus perversiones, la descomposición del partido FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional), el terrorismo de Estado y toda la expoliación de los bienes comunes y bienes públicos del pueblo nicaragüense», agrega Baltodano.
Mónica López Baltodano es el segundo exilio que vivirá. Anteriormente, estuvo en Costa Rica por la crisis sociopolítica de abril 2018 y por la constante persecución y asedio policial de parte de la dictadura.
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López Baltodano tenía un rol fundamental en las acciones entabladas contra la concesión del canal interoceánico al ser asesora del Movimiento Campesino anticanal. Además, en el marco del contexto actual que atraviesa Nicaragua se ha pronunciado en diversas ocasiones en rechazo a la violencia y represión estatal de policías y grupos paramilitares en contra de estudiantes, campesinos y los diversos sectores sociales. También, se sumó a las acciones y manifestaciones cívicas no violentas.
Mónica Baltodano participó de manera destacada durante la etapa insurreccional de la ofensiva final de 1978-1979 contra la dictadura somocista. Fue dirigente del disidente Movimiento por el Rescate del Sandinismo y diputada para el periodo 2007-2011 en la Asamblea Nacional.
A la familia Baltodano le fue confiscada la Fundación Popol Nah después que la cancelaron su personalidad jurídica junto a otro grupo de ONG en diciembre de 2018. En las instalaciones de esa organización, el régimen ordenó al Ministerio de Salud instalar una casa materna.
«La historia de lucha de Nicaragua demuestra que a todo régimen autoritario le llega su 19 de julio o su 19 de abril. Seguiremos luchando y apoyando los esfuerzos de los azul y blanco, con la confianza de que sólo el pueblo salva al pueblo», finalizó Baltodano.