Más de la mitad de los 33 nuevos «rehenes» políticos de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo cumplen más de dos meses presos arbitrariamente, acusados, en la mayoría de los casos, por «traición a la patria».
La justicia orteguista los ha sometido a una «investigación» por 90 días, luego que fuera reformado el Código Procesal Penal que da la facultad a la autoridad policial para extender el plazo investigativo a un ciudadano.
Los opositores encarcelados, entre ellos precandidatos presidenciales, empresarios, líderes políticos, periodistas independientes y defensores de derechos humanos están supuestamente cautivos en la Dirección de Auxilio Judicial en Managua. Ni sus familiares ni sus abogados los han visto.
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Entre los opositores que cumplen más de dos meses presos están: Marcos Fletes y Walter Gómez (28 de mayo), Cristiana Chamorro (dos de junio) Arturo Cruz (cinco de junio).
El ocho de junio la dictadura secuestró a los aspirantes presidenciales Félix Maradiaga y Juan Sebastián, así como al expresidente e integrante de la Alianza Ciudadanos por la Libertad José Adán Aguerri. El mismo día fue detenida la opositora y miembro de la Unidad Nacional Azul y Blanco (Unab) Violeta Granera.
También cumple 60 días preso, el exdiputado e integrante de la Coalición Nacional José Pallais (nueve de junio). Los opositores e integrantes de la Unab y Unamos Támara Dávila, Ana Margarita Vijil, Dora María Téllez, Hugo Torres, Víctor Hugo Tinoco y Suyen Barahona cumplirán el próximo 12 de agosto dos meses cautivos.
Unab: «Que la dictadura los muestre»
Tomando en cuenta esos antecedentes, la Unab impulsa una campaña que han denominado:«Que la dictadura los muestre». Desde que iniciaron las detenciones arbitrarias, las organizaciones políticas han demandado a la justicia orteguista respetar los derechos de sus integrantes, sin embargo, la Policía hace caso omiso.
Pese a que organismos de derechos humanos y la comunidad internacional han demandado la inmediata liberación de todos los opositores, el régimen de Daniel Ortega ha calificado a los presos políticos como delincuentes y no da muestra de querer liberarlos.
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Los familiares de los nuevos «rehenes» políticos han denunciado que solo una botella con agua les dejan pasar y no los han podido ver desde su detención. «Lo que exijo es poder ver a mi padre, quien está injustamente detenido», dijo en una entrevista, Cristian Tinoco, hija del exguerrillero y disidente sandinista Víctor Hugo Tinoco.