El obispo auxiliar de Managua, exiliado en Estados Unidos, Silvio José Báez, en su prédica de este domingo, 20 de junio, llamó al pueblo de Nicaragua a no tener miedo en estos momentos «aunque la fuerza del mal parezca una tormenta insoportable», aludiendo a la escalada represiva desatada desde hace varias semanas por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, además instó a mantenerse unidos y a los políticos y empresarios a deponer todo interés personal ante los intereses de la sociedad.
Monseñor Báez empleó el pasaje del evangelio de Marcos 4,35 para ilustrar que, aunque la tormenta parezca insoportable, la fuerza de Dios es capaz de aplacarla cuando se tiene fe.
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«En el evangelio de este domingo hemos escuchado el conocido relato de la tempestad que sorprende a Jesús y a sus discípulos mientras realizan una travesía en barca en el lago de Galilea (cf. Mc 4,35-41). El relato se inspira en una experiencia vivida un día al anochecer en medio del lago, pero no es solo la historia de un evento ocurrido en el pasado. Se trata de una catequesis pascual para fortalecer nuestra fe en la presencia de Jesús Resucitado, aún en los momentos más oscuros de nuestra vida y de la vida y la misión de la Iglesia», dijo el líder religioso en su homilía.
Tormentas desatadas por tiranos ambiciosos
Báez instó a la ciudadanía a no permitir que el miedo, ante la tormenta que desatan los tiranos, los domine y a seguir «navegando» unidos, en solidaridad para atravesar la tempestad.
«Hay también pueblos enteros que sufren dolorosas tormentas desatadas por la ambición y la crueldad de los tiranos. En esos momentos no hay que dejar que el miedo nos domine pues podemos llegar a sentirnos solos y esta es la peor tragedia. La fe nos asegura que Dios está con nosotros en el momento trágico, aunque la fuerza del mal parezca una tormenta insoportable. Sin embargo, Dios está con nosotros a través de nuestras actitudes y acciones. Cada sociedad es como una barca donde todos navegamos juntos y en donde todos somos responsables unos de otros. Es necesario no dejar de remar, cuidarnos y darnos ánimo unos a otros. La hora de la tormenta es la hora de la solidaridad. Es el momento de aprender a vivir unidos», dijo el obispo.
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Advirtió el religioso que el miedo es negativo y puede pasar como el pasaje bíblico, donde los discípulos de Jesús que lo acompañaban en la barca durante la tormenta, tuvieron miedo y «si dejamos que el miedo nos domine, olvidándonos de Jesús, los problemas se agigantan, aumenta la sensación de soledad, se debilita nuestra energía interior, perdemos capacidad para reaccionar, las dificultades parecen insuperables».
Asimismo, el obispo, que es un fuerte crítico contra la dictadura de los Ortega-Murillo, hizo un llamado a los políticos y empresarios a ser solidarios con el pueblo, a anteponer el bien común ante los intereses personales o de grupos y a los periodistas les pidió comunicar con la verdad.
«Cuando en la barca de la sociedad arrecia la tormenta de la represión y de la injusticia, hay que afrontar los fuertes vientos y las grandes olas. Para ello se necesitan políticos sacrificados que amen al pueblo, empresarios solidarios que antepongan el bien común a sus propios intereses, periodistas valientes que sirvan a la verdad y a la justicia, jóvenes que sueñen un mundo nuevo y contagien de confianza a los demás, personas que defienden la vida y sirven a sus hermanos.
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Agregó que «la barca de la sociedad estará más segura en la tempestad si en ella navega un pueblo que no es indiferente, que no se doblega y que no se cansa de luchar por un futuro nuevo de justicia y libertad. Más aún, la barca de la sociedad no naufragará si en ella navega un pueblo creyente, que reza y confía en Dios, sabiendo que a él le importa nuestra vida y nuestro futuro, pues nos ama entrañablemente y siempre está con nosotros».
Monseñor Báez también animó a los nicaraguenses a no desfallecer y seguir para «navegar hacia nuevas costas», sin soltar el timón. «No temamos a las tempestades de la vida. Aferrémonos fuertemente a Jesús. Por difícil y peligrosa que parezca la travesía de la vida, Jesús estará con nosotros, nos protegerá siempre y nos conducirá a puerto seguro», fijo el prelado.
Nicaragua KUPIA KUMI.Un solo corazón!! Con fe en Dios, sigamos en la lucha.