El obispo auxiliar de Managua -actualmente en condición de exilio-, monseñor Silvio José Báez, exhortó a los nicaragüenses a perseverar en la esperanza ante «la injusticia».
«Hay momentos históricos en que parece triunfar la injusticia, percibimos el poder de los malvados como invencible, nos damos cuenta de que los esfuerzos hechos no dan el fruto esperado. Además, quienes dominan a los pueblos siembran desesperanza y desencanto para provocar miedo y debilitar la solidaridad y la generosidad. En estos momentos no hay que desfallecer», dijo durante su homilía este domingo, 13 de junio.
Las palabras del religioso llegan tras una nueva semana de ataques contra opositores por parte del régimen dictatorial de Daniel Ortega y la publicación de un mensaje pastoral de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) donde aseguran que todos los nicaragüenses tienen «el derecho y la obligación de participar en la lucha cívica y pacífica» para alcanzar la democracia en el país.
«Nuestra mayor contribución en las transformaciones sociales es el dinamismo que brota de nuestra fe. Hay que confiar en el poder irresistible de la bondad, de la verdad y de la justicia, y contagiar de esta confianza a los demás. La semilla del Reino de Dios germinará en una gran cosecha. Esto debe darnos ánimo para no perder la esperanza y no dejar de luchar», exhortó el jerarca católico.
El Reino de Dios, contrario a la arrogancia del poder totalitario
Monseñor Báez también manifestó que el Reino de Dios es lo contrario al autoritarismo y la ambición de riquezas; sino que se encuentra en la sencillez de los pequeños actos cotidianos que transforman la vida propia a través de los demás.
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«El Reino de Dios no llega tampoco a través del poder y de la riqueza, sino a través de los pequeños, de los últimos, de quienes no son importantes a los ojos del mundo, a través de los cuales irrumpe el poder de Cristo dando vida la humanidad. Si creemos en esta “economía de la pequeñez” que Jesús nos enseña, no esperemos que los grandes de la tierra solucionen los problemas de nuestros países. Es mucho más confiable y eficaz la fuerza que tienen los pobres para soñar, organizarse y luchar por construir sociedades más justas», puntualizó monseñor Báez.