Monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, exhortó en la homilía de este domingo, 16 de mayo en la iglesia Santa Agatha, en Miami, Estados Unidos, a trabajar por sanar las estructuras de la sociedad denunciando el mal en todas sus formas, librándose de la tentación de vender la conciencia por dinero, «no siendo cómplices de la corrupción, trabajando por los intereses de los pobres y promoviendo la justicia social».
Báez enfatizó que viviendo el evangelio, se le quitará fuerzas al mal «y hará que el mal se repliegue y retroceda hasta erradicarlo de la vida y de la historia»; además, recalcó que con el testimonio y oración de la sociedad se podrá lograr expulsar a los demonios más terribles «que nos acechan, el demonio de la mentira y del egoísmo, el demonio de la violencia y del poder».
En referencia al contexto político que vive Nicaragua, el religioso llamó a la feligresía a no desanimarse, porque asegura que «el mal no tiene la última palabra».
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Con base al texto bíblico de Primera de Corintios capitulo 13, que habla del amor, el obispo dijo que es «urgente» aprender la lengua de la solidaridad, del respeto y de la compasión.
Y relacionando a la crisis política que vive el país, donde se muestra una oposición dividida, Báez llamó a erradicar las agresiones verbales, las palabras hirientes, las ofensas y las habladurías denigrantes. «Si queremos una sociedad nueva, comencemos por aprender “lenguas nuevas” que hagan posible la cercanía, promuevan el encuentro y busquen el bien común», mencionó.
«Hay serpientes insidiosas»
Otra de las citas bíblicas con la que Silvio Báez hizo una analogía fue con relación al pasaje del capítulo 28 de Hechos de los apóstoles, en el que se narra cuando el Apóstol Pablo quedó ileso después que fue mordido por una víbora. «Hoy hay serpientes insidiosas y venenos mortales todavía más peligrosos», apuntó el jerarca.
«Siendo fieles al Señor, apoyados en Él, no habrá seducción alguna que nos aparte de la verdad y haga que nuestro corazón se vuelva oscuro y endurecido. Pidamos al Señor que nos libre del veneno de las cuatro “i”: la indiferencia, la intolerancia, la ideología y la idolatría. Son venenos que pueden matar en nosotros la libertad y la verdad y arrancarnos la generosidad y la alegría», recalcó.
El obispó auxiliar exhortó a la congregación a comprometerse «en la sanación de nuestra sociedad enferma. Debemos propiciar una convivencia más sana entre las personas, contagiando el deseo de servir sin interés, favoreciendo un mayor respeto y comprensión entre todos y ofreciendo el perdón a personas hundidas en el fracaso moral y la ruptura interior».
«Debemos de tomar en serio el amor»
En las últimas homilías, Silvio Báez, quien vive un exilio forzado, ha invitado a hablar del amor genuino en la sociedad. El nueve de mayo señaló como necesario tomar en serio el amor, porque de eso depende «nuestra madurez psicológica, nuestro bienestar interior, hasta nuestra madurez física, y del amor depende nuestra eternidad. La única vacuna contra la muerte es el amor».
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«El amor cristiano tiene una dimensión social y política. Amados, cuando diseñamos y organizamos la vida social, en modo tal que nadie padezca miseria, en modo tal que ninguna persona quede excluida, que se supriman los sufrimientos injustos y se respeten los derechos humanos, esto es amor, porque el amor debe de enfocarse en la sociedad con obras concretas» enfatizó.
En cuanto a la política tradicional, el religioso expresó que «es lamentable que hayan líderes políticos que en incómodos salones se enfrascan en discusiones ideológicas y estrategias partidarias, mientras que la sociedad vive en sufrimiento».