Los colombianos continúan su jornada de protestas y vigilias por los muertos y heridos en las protestas en contra del gobierno de Iván Duque debido a la propuesta de reforma tributaria. Organismos internacionales de derechos humanos denuncian el uso de la fuerza excesiva por parte de las fuerzas policiales, lo que dejado un saldo de 37 muertos, más de 800 heridos, varios detenidos y desaparecidos.
El siete de marzo, el director para las Américas de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, pidió a la administración de Duque «poner fin a la represión de las manifestaciones» y aseguró haber verificado todos los videos en los que son visibles los ataques del Ministerio de Defensa disparando proyectiles y gases lacrimógenos indiscriminadamente contra los civiles que participan en las protestas.
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Según HRW, estos dispositivos son «un arma peligrosa e indiscriminada». Los videos grabados por testigos muestran la capacidad de los tanques de arrojar varios proyectiles al mismo tiempo a 150 metros de distancia. Los proyectiles además cuentan con bombas aturdidoras y gases lacrimógenos.
Vivanco además denunció que «la Policía dispara gases lacrimógenos hacia manifestantes desde un puente. Esos cartuchos pueden causar heridas muy graves. La Policía nunca debería dispararlos directamente contra personas».
Durante los días de paro el uso de estos tanques se ha visto con mayor intensidad en las zonas con mayor tensión, como los barrios del sur de Bogotá.
Colombia se encuentra en su decimo día de protestas en momentos críticos. Las manifestaciones iniciaron el 28 de abril, en contra de la reforma tributaria que era un golpe más a la crisis económica que enfrentaba el país debido a la pandemia, los altos índices de pobreza y el desempleo. La propuesta al final no se llevó a cabo, pero los colombianos exigían más que eso, ya que hay otras reformas en camino, como la reforma a la salud.