La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo rechazó este jueves, 25 de febrero, el informe sobre la situación de derechos humanos en Nicaragua brindado este mismo día por la Alta Comisionada de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Michelle Bachelet, durante la 46 sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU- Los delegados de la ONU calificaron al organismo de injerencista y parcializado.
La procuradora general de Nicaragua, Wendy Morales, que fue encargada por el régimen para dar la cara ante la instancia de la ONU leyendo el mensaje del gobierno ,dijo que «lo rechazamos enfáticamente por considerarlo unilateral, parcializado, carente de objetividad, por lo cual confirma la politización y manipulación de los derechos humanos en este momento de la historia y la instrumentalización injerencista de los mismos en los procesos de soberanía y dignidad que los pueblos recorremos».
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Asimismo, Morales acusó al organismo mundial de politizar y manipular el tema de los derechos humanos «en coincidencia con las voces desnaturalizadas de los imperios», por lo cual, reiteraron no lo aceptan. «Es inaceptable que estos imperios y esas potencias coloniales y colonialistas sin moral y sin derecho se atrevan a solicitar o realizar reportes e informes que nunca cuestionan fragantes y terribles violaciones de los derechos humanos de países y pueblo que han masacrado y saqueado en todos los continentes», recalcó.
La funcionario del orteguismo trató de hacer ver como una «agresión más en la cadena de agresiones de aquellos que han promovido el odio y el terrorismo», haciendo referencia a la oposición sin mencionarla.
«Debe someterse a imparcial revisión el funcionamiento de estos organismos que han perdido independencia u objetividad y continúan sirviendo como caja de resonancia de los apetitos y voracidades que fundamentan la agenda política interventora e invasoras», aseveró Morales Urbina.
Asimismo, la representantes de la dictadura criticó lo que llamó, «prácticas expansionistas en términos de dominio político y asfixia económica impuestas por las potencias imperiales, coloniales y neocoloniales».
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En tanto, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha indicado que la crisis política y de derechos fundamentales en Nicaragua, que comenzó en 2018, se ha visto exacerbada por los daños provocados por la pandemia de coronavirus, así como por el paso de los huracanes Eta e Iota.
Finalmente, el régimen sigue quedándose aislado en los foros diplomáticos y comerciales cada vez más. Solo nueve los países del Consejo de Derechos Humanos de la ONU expresaron su respaldado al Gobierno de Daniel Ortega y cuestionaron también el informe.
Entre los países que se mantienen apoyando a la dictadura de Nicaragua se encuentran Venezuela, Rusia, Cuba, Irán, Siria y Sri Lanka. Sin embargo, la mayoría de estados han mostrado su preocupación ante la degradación de la crisis política en el país y la situación de los Derechos Humanos.