El obispo auxiliar de Managua, en el exilio, Monseñor Silvio José Báez Ortega, pronunció un sermón contundente contra los «tiranos», a quienes señaló de ser miedosos y de seguir utilizando el engaño y el crimen como sus armas preferidas para sostenerse en el poder.
«Los tiranos de hoy también pretenden engañar a la gente buena y sencilla, como los magos, o deciden matar incluso a gente inocente como hizo Herodes más tarde con los niños de Belén. Engaño y crimen siguen siendo las armas preferidas de los dictadores de hoy», dijo el obispo en su homilía dictada en la Iglesia Santa Agatha, en Miami, Estados Unidos.
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El obispo auxiliar agregó que «los tiranos quieren dar la apariencia de valientes y se presentan altaneros y agresivos, pero son muy miedosos. Se sienten continuamente amenazados y son capaces de todo para no perder el poder, sus privilegios y sus riquezas. Por eso consideran a los demás como rivales o enemigos contra quienes (se dedican a) luchar y a quienes engañar o eliminar».
El líder católico, que se ha erigido como una de las voces más críticas contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, reprendió duramente, sin mencionarlos, a los tiranos nicaragüenses diciendo que «también en la actualidad quienes están en estructuras de poder y gobierno, similar al rey Herodes, acuden a la religión para llevar adelante sus planes y servirse de la religión para realizar sus malévolos propósitos. (…) Con tal de someter y oprimir, muchos tiranos de ayer y de hoy no han dudado de presentarse como piadosos creyentes y han intentado recubrir con lenguaje religioso sus inhumanos proyectos».
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En Nicaragua, la vicedictadora Rosario Murillo, casi a diario, en sus intervenciones a través de los medios de comunicación al servicio de la propaganda gubernamental, adorna su vocabulario con frases religiosas para atacar a la oposición y los medios de comunicación independientes, a quienes tilda de traidores, migajas, miserias humanas y muchos epítetos más e incluso, pese a decirse cristiana, ha tildado a los líderes católicos de «golpistas».