El 22 de diciembre de 2014, el municipio de Tola, en el departamento de Rivas, vivió uno de los momentos más emocionantes de su historia y que al igual que la famosa novia que se quedó esperando a su futuro consorte en el atrio de la iglesia, se quedó burlado en lo que sería el proyecto más gigantesco del siglo en esta región como era el “Gran Canal por Nicaragua”.
Ese día, las calles fueron adornadas y los niños de las escuelas que ya habían salido de vacaciones fueron obligados, con sus uniformes limpios, a formar filas para portar las banderas de Nicaragua y China para dar la bienvenida a los pioneros e invitados especiales del ahora frustrado proyecto.
Entre los invitados y luciendo sus mejores galas estaban el general Omar Halleslevens. En ese entonces, el vicepresidente de la República y ahora limitado a un cargo anodino de la Presidencia, Manuel Coronel Kautz, presidente de la Autoridad del Gran Canal Interoceánico y presidente de la Comisión del Gran Canal, o sea, ostentando dos cargos y por los cuales sigue devengando sueldo con oficina y personal y que en siete años le ha costado casi cuarenta millones de córdobas al Presupuesto General de la República con un promedio de casi 7 millones anuales, según el propio PGR.
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También luciendo cascos nuevos sobre la cabeza al igual que el resto, a pesar de ser un acto al aire libre y con un calor intenso, estaba Paul Oquist, Secretario Ejecutivo de la Comisión, Lumberto Campbell, miembro también de la Comisión y quien devenga sueldo como Presidente del Consejo Supremo Electoral .
Otros invitados especiales eran Edwin Castro, miembro de la Comisión, Telémaco Talavera, miembro y vocero ahora disfrutando de una especie de exilio dorado en Europa y uno de los más acérrimos defensores del proyecto, el entonces mayor general Óscar Mojica, jefe del Estado Mayor del Ejército de Nicaragua, en ese tiempo y ahora sancionado ministro de la Construcción y miembro de la Comisión al igual que el comisionado general Francisco Díaz, miembro de la Comisión y en ese entonces , subdirector de la Policía Nacional.
Y por supuesto «el hermano, amigo y compañero, Wang Jing, presidente de la Empresa HKND», según lo calicó así en sus palabras de presentación Laureano Ortega quien propició, planificó y organizó este proyecto.


Igualmente, habían otros invitados especiales como el presidente del grupo de diseño de la empresa; el subdirector general del grupo Xuzhou, el representante de la empresa Yang, el gerente de la empresa Boskalis, de Holanda, el vicepresidente de la empresa XCMG de maquinaria, de China; Ronald MacLean, vocero de la Empresa HKND; y Zhu Xiaoya, asistente de Wang Jing.
En el saludo y actuando como maestro de ceremonia Ortega calificó el acto como «el inicio de este sueño del pueblo nicaragüense viene a convertirse en realidad, gracias al liderazgo de nuestro comandante presidente Daniel, de la compañera Rosario y, gracias a la sabiduría, la tenacidad y la fuerza del hermano y amigo Wang Jing».
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Por su parte, Wang Jing con el sopor del calor del mediodía dijo con su respectiva traducción: «Hoy vamos a empezar la obra de inicio. Esta tierra bajo nuestros pies va a permanecer en la historia. Esta tierra, junto con nuestro trabajo, va a dar paso a un país más fuerte, y a un pueblo más feliz. Esta tierra y el canal, junto con las empresas nicaragüenses, chinas, e internacionales, van a permanecer en la historia como una memoria inolvidable».
Por su parte, el entonces vicepresidente expresó en tono enérgico y enfático: «Este macro-proyecto, esta gran obra seguramente transformará la historia de Nicaragua, y no solamente transformará su geografía, sino que también vendrá a transformar, y de manera radical su economía, y por ende, su desarrollo social hacia formas de desarrollo sostenible, que es lo que necesitamos los nicaragüenses».


También reconoció que el canal interoceánico «tiene su prehistoria, y la historia del canal inicia en el 2012, cuando en la Asamblea Nacional, como es correcto, se han obtenido las leyes que facilitan explotar esa posibilidad que antes era un sueño».
O sea, al concluir un año serían ocho desde que se habló de este proyecto que comenzó a ser un sueño que todo parece indicar terminó en una gran pesadilla.
El 13 de junio de 2019 expiró el plazo de seis años previsto en la Ley de Concesión del Gran Canal Interoceánico para que el empresario chino Wang Jing demostrara contar con los recursos económicos para iniciar la obra, que en términos operativos ya debería de estar concluyendo y que generaría 50,000 empleos directos y además contemplaba la construcción de un aeropuerto, dos puertos de aguas profundas, carreteras, y hoteles, quedó fuera de la agenda gubernamental.
Seis años después de las obras del inicio del «gran proyecto» estos fueron los testigos de primera línea en la inauguración, y de los cuales cinco de ellos han sido sancionados posteriormente por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos por actos de corrupción y violación a los derechos humanos siendo ellos: Laureano Ortega, Óscar Mojica, Lumberto Campbell, Paul Oquist y Francisco Díaz.