Este miércoles, 18 de noviembre, fueron sepultados los cinco miembros de una misma familia que perdieron la vida víctimas de una «revenida» del río de la comunidad de La Piñuela, en Santa Teresa, Carazo, que se desbordó como consecuencia de las lluvias ocasionadas por el fenómeno climático Iota.
«Empezó a llover y a llover, y estaban dormidos, los agarró dormidos el río, se los llevó, el papa salvó a uno y dos fallecieron, como a eso de la una de la noche (madrugada del martes 17). Se llevó toditito, no hay nada allá. Los llevamos a enterrar y no llevamos caja (ataúd) no hay caja para él (el menor de cinco años). En total murieron cinco de una misma familia», fue el doloroso relato que hizo a Artículo 66 uno de los familiares de los fallecidos que buscó incansablemente el cuerpo del más pequeño, un niño de cinco, hasta que lo encontró la mañana de este miércoles, según cuenta, «enredado en unos charrales» río abajo de donde fue su casa .
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El río La Piñuela creció repentinamente y arrasó con lo que encontró a su paso, incluyendo la humilde vivienda de los González. Luz Marina Chávez, de 49 años, Yahosca Carolina Canales, de 14, María José Canales, de 10, Daniela Umaña, de ocho, y Óscar Umaña, de cinco, fueron las víctimas mortales.

«El agua llegó de pronto, nadie lo esperaba, el río se creció tanto, la verdad que fue un deslave porque empezó a irse (en la corriente) madera, árboles grandísimos y la gente no tuvo el acceso (tiempo) de poder salir», contó Juan Manuel Berroterán, concejal de Santa Teresa, que participó en los trabajos de rescate de los cadáveres.
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De esa familia, solo lograron sobrevivir el señor Óscar David Umaña y su esposa Fátima Francisca Rodríguez, padres de los niños Daniela y Óscar. También el papá de las menores Yahoska y María José, el señor Juan Canales ,quien en medio de la avalancha de agua logró sujetar a otra de sus pequeñas hijas que igualmente logró quedar con vida.
El concejal detalló que con el desborde del río La Piñuela perdieron sus viviendas siete familias, mientras otras 10 sufrieron daños parciales en esa comunidad. En Aguas Caliente 4 casas fueron arrasadas y tres sufrieron daños parciales. Todas esas familias fueron evacuadas y ubicadas en «casas solidarias».
Murillo se lava las manos en medio del dolor
Aún en medio de la tragedia que viven las familias de las víctimas mortales del huracán Iota, la vicedictadora Rosario Murillo, en un intento por hacer parecer a su Gobierno como un buen gestor de las emergencias, ha responsabilizado a las familias por la desgracia que les está tocando vivir.
«Una vez más nos confiamos en exceso, una vez más no acatamos la responsabilidad de resguardarnos, pero no podemos obligar, tenemos que crecer en consciencia de riesgo», dijo Murillo para luego referirse a la tragedia de Carazo culpando a los ciudadanos, diciendo que que se evacuaron a las 26 familias que habitan en esa zona, a quienes trasladaron a «casas solidarias», pero con voz de molestia afirmó que dos familias decidieron retornar a sus viviendas «y no resguardarse, porque pensaban que durante el (huracán) Eta no hubo afectaciones ni creció el río, entonces en este otro evento para qué, mejor regresar a sus casas, decían ellos, y en ese momento que optan por regresar no llovía. Sin embargo, el río presentó la madrugada del martes 17 una crecida rápida y dos viviendas fueron arrasadas, se metió en las casas».