La vicedictadora de Nicaragua, Rosario Murillo, le hizo de meteoróloga este martes, tres de octubre, y hasta desdijo al director de la institución científica Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter), Marcio Baca, quien por la mañana había afirmado en conferencia de prensa que el huracán Eta ya había tocado tierra en el país, pero Murillo señaló que no. Además, en el transcurso de su alocución arremetió contra sus adversarios políticos a quienes llamó desde «oxidados» hasta «monedas negras soterradas»
La vocera del régimen inició su intervención diaria, que transmite a través de los medios de comunicación a su servicio, pidiendo oración y agradeciendo las plegarias por Nicaragua que según dijo, le han hecho llegar líderes religiosos nacionales e internacionales en el contexto de la emergencia provocada por el huracán Eta que tocó tierra la tarde de este martes.
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Seguidamente llamó la atención sobre el hecho que hasta el momento que estaba hablando, 1:13 minutos de la tarde, el huracán no había tocado tierra, insistiendo en que era información que le había proporcionado el director del Sistema Nacional para la Prevención de Desastres (Sinapred), Guillermo González. En horas de la mañana Marcio Baca, director de Ineter, ya había anunciado en conferencia de prensa que el fenómeno sí había tocado tierra y ese dato también lo corroboró el Sinapred a través de sus redes sociales. Mientras, el Servicio de Vigilancia meteorológica de Esstados Unidos (NOAA) había publicado que Eta tocaría tierra alrededor de las 3:00 pm, como en efecto ocurrió.
Murillo se refirió al atentado ocurrido el lunes, dos de septiembre, en Viena, Austria, que dejó como saldo cinco personas muertas a tiros. Murillo mencionó que su gobierno había enviado cartas de solidaridad a su homólogo del país europeo y que le había hecho llegar condolencias a las familias de las víctimas. En Nicaragua le reclaman a ella y a su marido, el presidente Daniel Ortega, por la muerte de más de 300 personas que fueron asesinadas a balazos durante las protestas iniciadas en abril del 2018.
Rosario Murillo junto a Daniel Ortega en un acto partidario en medio de la crisis sociopolítica. Foto: Artículo 66/ EFE/Jorge Torres
«Enviamos nuestras condolencias nuestra solidaridad a las familias de los fallecidos y los heridos. Que la buena voluntad clausure los odios y llene el mundo de amor y fraternidad», expresó Murillo pidiendo para otras naciones amor y paz mientras en Managua durante el fin de semana pasado la Policía que obedece sus órdenes, reprimió a la oposición impidiéndoles a algunos salir de Managua y a otros expulsándolos de Rivas o de Matagalpa y hasta sacando por la fuerza de un hotel a un grupo de jóvenes opositores.
Difundir su «verdad» sobre Nicaragua
La segunda al mando de la dictadura afirmó que este martes representantes de su administración participaron en una reunión internacional con más de 220 personas entre las que habían representantes de Organismos No Gubernamentales (ONG), asociaciones de amistad, comités de solidaridad y embajadores y jefes de misiones de Nicaragua, y que en dicho encuentro «hablamos de la Ley de Ciberdelitos, donde participaron el diputado Carlos Emilio (López), la diputada Auxiliadora Martínez. Silvio Grijalva, Melvin Peralta, de Telcor. También hablamos de la reforma al artículo 37 de la Constitución para penas severas contra los crímenes de odio».
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Agregó que esas reuniones las hace todos los martes para «difundir la verdad de Nicaragua que es amor a Nicaragua, que se opone al odio, la calumnia, la difamación, que es el contraste, porque todos tenemos ojos para ver, oídos para oír, y sabemos dónde está la verdad y dónde está el vicio de la calumnia de la difamación, y de las agendas políticas destructivas».
Odio en emergencia
Murillo, como es ya costumbre no dejó a un lado sus ataques cargados de epítetos y descalificaciones contra los que le adversan políticamente y aún en medio de la emergencia que vive el país y especialmente el Caribe Norte de Nicaragua, arremetió con duras frases. La sancionada tildó de «absurdo cuando vemos gente hablando de cualquier cosa, de injerencia, amenazando con injerencia, nicaragüenses sin la gracia de Dios, que hoy mientras estábamos ocupados, desvelados, habían ahí algunos señores vociferando sapos y culebras, cinco bollos siempre, cinco bollos gastados, las monedas negritas de tanto estar soterradas, enterradas, que falta de sentido común, que falta de sentido de humanidad».
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Y continuó su arremetida verbal diciendo que «un pueblo entero dedicado a defenderse a protegerse a proteger a vida, y unos cuantos miserables, mezquinos, cinco bollos, oxidados por el odio, encorvados por el odio, hablando necedades, que falta de conexión con la vida verdadera, oxidados son, es el óxido el que les ha corroído. Ellos mimos han traído hacia sus vida óxido. Soterrados enterrados, desconectados, del esfuerzo de todo un pueblo…».
El resto de su comparecencia, que duró 40 minutos, la vocera de la dictadura la dedicó a anunciar actividades de las instituciones del Estado y a «florear» su gestión gubernamental.