La falta de empleo es el principal problema que enfrentan los nicaragüenses, de acuerdo con la reciente encuesta presentada por la firma Cid Gallup. El desempleo se ubica con un 34% en el primer puesto de los elementos que los ciudadanos consideran más peligrosos para su estabilidad, en especial, la económica.
El estudio recalca que las escasas oportunidades laborales en el país se traducen en una «incapacidad de atender las necesidades del hogar de todo tipo, costo de vida. El no contar con un empleo que les asegure un ingreso fijo en forma semanal, quincenal o mensual, es más común a medida que se cuenta con más años de estudio, residentes en las áreas urbanas y menores de 40 años».
El país viene reflejando una caída en este ámbito desde abril de 2018, cuando empezaron las protestas sociales en contra del régimen de Daniel Ortega, lo que desencadenó en una represión que ahuyentó la inversión extranjera, llevó a la quiebra a varios negocios, disminuyó considerablemente el turismo y sumado a ello se encuentran unas reformas tributarias impuestas por la dictadura que elevaron los precios de la canasta alimentaria.
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Esto se reflejó en una caída de las inversiones, disminución del consumo y a esto se unió una grave etapa de contracción económica que creció todavía más con la pandemia del coronavirus. Todos esos elementos, según la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) podrían llevar a que este año el país cierre con una «tasa de desempleo abierto de entre 7.3 y 9.2 por ciento en 2020. Lo anterior implica que podría haber entre 25 mil y 89 mil nuevos desempleados en este año, por lo cual el saldo de desempleados al final del año se contabilizaría entre 238 mil y 302 mil personas».
Además del desempleo, los nicaragüenses incluyen también como alarmante la «corrupción en el gobierno». Cid Gallup consultó a 1,202 ciudadanos mayores de 16 años para el estudio, de los que un 17% ve a la corrupción como una de las trabas que impiden sacar adelante a la nación. Muy de cerca se encuentra la inseguridad ciudadana, que incluye crímenes, robos y asaltos. Un 16% de los entrevistados ven en ese aspecto otro de los principales problemas.
Entre julio y septiembre de 2020, el escenario de inseguridad en Nicaragua ha empeorado. Carmen Hilleprandt, presidenta de la Cámara de Comercio y Servicios, señaló que solo en agosto las denuncias por robos a mano armada y secuestros exprés aumentaron. «Muchos de nuestros socios que distribuyen bienes y servicios han tenido asaltos armados. Tuvimos llamadas desde los departamentos donde nos han solicitado que los apoyemos porque se les ha incrementado. En los últimos dos meses, una empresa ha sufrido cinco asaltos», dijo en ese momento Hilleprandt visiblemente preocupada, hechos que contrastan con el discurso estatal que sigue exaltando al país como «el más seguro de Centroamérica».
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«Sobresale en esta ocasión, emociones que se asocian a las condiciones o situación política que viven: gobierno de (Daniel) Ortega y (Rosario) Murillo, falta de libertad de expresión, corrupción en el gobierno. Lo que llama la atención es que el COVID-19 está en sexto lugar de importancia como problema nacional». Y es que en el cuarto puesto, los consultados ubican un 10% al costo alto de la vida como otro problema, que estaría unido a la falta de empleo. Después está el uso y tráfico de drogas con un 6% y seguido se encuentra la pandemia del coronavirus con un 5%, lo que podría vincularse con la etapa de relajamiento que se percibe en el país, después de meses de confinamiento voluntario.