A partir de esta semana, el consumidor se verá obligado a decidir entre comprar el pan a un precio más alto, comprar menos cantidad o finalmente sustituirlo, luego que el gremio panificador de Nicaragua “Ermis Morales” anunciara el incremento del 100% del precio del pan, desapareciendo el “de a peso”.
“Obviamente viene a presionar más la economía doméstica, pero por otro lado, golpea más a las mismas empresas. En lugar de promover un mayor crecimiento, estabilidad y empleo, lo que se está haciendo desde las mismas políticas públicas es atacando la liquidez de las empresas y eventualmente, algunas están cerrando” indicó el economista Luis Núñez.
El incremento es un booomerang que pasaría golpeando los bolsillos del consumidor y regresará a los mismos panificadores, obligados a adoptar más estrategias para mantenerse en pie. “Recordemos que el pan tiene sustituto y éso puede golpear a los mismos. Lo que está reflejando es el enorme golpe (que están sufriendo) las panificadoras que generan cantidad de empleo. Estás atacando el empleo de miles de trabajadores nicaragüenses”, añadió.


La medida refleja la frágil situación de las panificadoras que en los últimos años ha sobrellevado el encarecimiento de la materia prima, aumento de la tarifa eléctrica, la reducción en la ventas y la falta de medidas efectivas que ayuden a la micro y pequeña empresa a subsistir.
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Por su parte, la presidenta de la Cámara de Comercio y Servicios de Nicaragua, Carmen Hilleprandt, valoró como “justo el aumento del pan”, y agregó que “aquí, en vez de incentivar la economía a través de Leyes, de políticas publicas económicas, de dar un alivio a las pequeñas empresas (…) Desde 2018 que hubo la primera crisis y en marzo que fue aprobada la Ley de Concertación Tributaria, vino a ponerle una carga mayor a las empresas”.
La presión sobre el gremio es considerable. En el primer semestre de 2019, las ventas bajaron un 50% en comparación al mismo periodo del año anterior, según el informe presentado a fines del año pasado por la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social, FUNIDES, realizado en negocios ubicados en Masaya, Carazo, Diriomo y La Trinidad. Tras la Reforma Tributaria aprobada en el mismo periodo, el 45% de los panaderos incrementó el precio del pan y muchos optaron por medidas de ahorro como recorte de personal, utilización de insumos más baratos o reestructuración de contrato con trabajadores.


Sin embargo, la situación es generalizada. “El problema que está golpeando a unos, está golpeando a otros. En términos generales los costos de las empresas están llegando a niveles críticos y no se está haciendo mayor cosa. No se está trabajando en función de preservar el empleo”, indicó Nuñez. Añadió que el panorama es difícil y en este momento debe estar funcionando el consenso gobierno-empresa privada.
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“Lo oportuno es que el gobierno creara algún incentivo para la micro y pequeña empresa y se revisara la Ley de Concertación Tributaria. Muchas panificadoras han cerrado y principalmente producto del tema energético, mucho está en manos del gobierno porque es a quien le pagamos los tributos y (deben) hacer paliativos para que las empresas no mueran. Lo que mantiene la economía del país es el sector empresarial”, señaló por su parte, Hilleprandt.