Un sujeto, identificado en redes sociales como Camilo Báez, hijo de la diputada orteguista Gladis Báez y reconocido como miembro de los grupos de matones del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), en León, convocó a los fanáticos del régimen a la “gritería chiquita”, una celebración católica que se realiza en la ciudad universitaria el 14 de agosto de cada año.
El paramilitar Camilo Báez, instigó a los simpatizantes de la dictadura, bajo el argumento de que “las tradiciones también son del pueblo”, y agregó que “ningún obispo, ningún sacerdote nos va a decir que no vamos a celebrar las tradiciones populares”.
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También dijo que los orteguistas de León celebrarán la festividad mariana, “igual como en Managua el pueblo salió a las calles a celebrar a Santo Domingo de Guzmán”, aunque en realidad lo que ocurrió en la capital, el primero de agosto, fue un desfile de un reducido grupo de personas que bajaron de Las Sierritas con una réplica del patrono de los capitalinos, mientras los miles de feligreses católicos se quedaron en sus casas, acatando la disposición de la jerarquía eclesiástica.
El paramilitar orteguista aprovechó el video que se grabó él mismo para lanzar una serie de insultos contra los sacerdotes y líderes de la iglesia católica, insultos que se ponen a tono con los últimos ataques y profanaciones a más de seis templos católicos en todo el país, incluyendo la quema de la capilla de la Sangre de Cristo, en la Catedral de Managua.
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“Nosotros no dependemos, no estamos subordinados a una iglesia, entiéndanlo, sacerdotes golpistas, que aquí ustedes no van a hacer absolutamente nada, no van a volver a hacer lo que hicieron en el 2018… son ustedes los principales promotores de la destrucción de Nicaragua… Padres golpistas, pongan su barba en remojo, que el pueblo ya los conoce, la mayoría son borrachos, la mayoría son pedófilos, la mayoría son homosexuales”, vociferó el hijo de la diputada sandinista.
Al final de su video de casi dos minutos y medio, Báez terminó amenazando a los líderes de la iglesia católica: “Recuerden que la paciencia tiene un límite, y el pueblo ya se está encachimbando”, dijo el jefe de las turbas oficiales de León, sin atreverse a decir cuál sería su acción criminal contra los sacerdotes.
La Conferencia Episcopal mantiene suspendidas todas las actividades católicas que impliquen aglomeraciones, incluyendo las fiestas patronales de Managua. La jerarquía ordenó que este año la imagen de Santo Domingo de Guzmán se quearía en su templo en Las Sierritas y no bajaría a la iglesia en la vieja Managua, para evitar exponer a los feligreses a riesgo de contagio del COVID-19.

La dictadura de Ortega, por su lado, se ha lanzado a organizar actividades religiosas paralelas, en un abierto desafío a las orientaciones de los obispos.
Está por verse si el obispo de León, monseñor René Sándigo, quien se ha mostrado complaciente con el régimen de Ortega desde que era el encargado de la Diócesis de Chontales, acate la orden de su iglesia o si se atreva a criticar la intromisión de la dictadura en las festividades católicas.