Un grupo de 66 nicaragüenses procedentes de las Islas Caimán ingresó al país la mañana de este viernes, siete de agosto, después que la dictadura de Daniel Ortega autorizara el ingreso de la línea aérea Cayman Airways, bajo la condición que los compatriotas presentaran la prueba negativa de COVID-19, misma que fue realizada de forma gratuita por el gobierno de la Isla.
Además del test, el Gobierno de Caimán asumió el costo de los boletos de avión para que los ciudadanos pudiesen regresar a Nicaragua y facilitó el transporte a los connacionales para que una vez arribaran a la nación pudiesen llegar a su destino final, puesto que la mayoría de ellos son originarios de la Costa Caribe.
A través de la Dirección General de Migración y Extranjería, el Ministerio de Gobernación confirmó el retorno de los 66 connnacionales, de los cuales 35 son mujeres y 31 varones, mismos realizaban labores en distintos cruceros, según la reolución ministerial.
«Cada uno portaba resultado negativo de la pruba de PCR en tiempo real para COVID-19, cumpliendo con la resulución ministerial 358-2020 emitida por el Ministerio de Salud (Minsa), quienes en cumplimiento a las medidas sanitarias realizó revisión rigurosa para descartar fiebre o síntimas respiratorios relacionados al COVID-19 y les orientó cuarentena de 14 días en sus domicilios», detalla el comunicado oficial del Migob.
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El dos de agosto, el medio digital Cayman Marl Road confirmó el vuelo de repatriación para este viernes, tres meses después que su vuelo original fuese cancelado por decisión de la dictadura orteguista que argumentó que las fronteras habían sido cerradas desde el 17 de abril. «Fuentes confiables han confirmado que el gobierno nicaragüense finalmente acordó que sus ciudadanos regresen siempre que se realicen una prueba de COVID-19 en Caimán antes de viajar», detalla el sitio web.
En junio pasado, a través de las redes sociales, el grupo de connacionales circuló un video solicitando al gobierno nicaragüense les permita su ingreso al país. Uno de los ciudadanos manifestó que debido a la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19, perdieron sus empleos y sobrevivieron del buen corazón de la comunidad local y el gobierno.
Finalmente, el cuatro de agosto los migrantes nicaragüenses tuvieron acceso a la prueba a través del Doctors Hospital Cayman, «donde todos deberán permanecer en su automóvil. Solo las personas registradas para el vuelo serán evaluadas y deberán llevar consigo alguna forma de identificación emitida por el gobierno», declaró el medio digital.

El ingreso de los compatriotas se da cinco días después de que la dictadura Ortega-Murillo también permitiera el retorno de 148 nicaragüenses que estuvieron más de 15 días varados en la frontera de Peñas Blancas. Fue gracias a la gestión del gobierno costarricense y organismos civiles que los connacionales tuvieron acceso a la prueba de COVID-19, medida que exigía el régimen para permitirles entrar.
Desde que inició la pandemia, los nicaragüenses que residen, principalmente en Costa Rica y Panamá, han buscado la manera de retornar a su país, ante la falta de oportunidades de empleo en esas naciones. Sin embargo, la dictadura de Ortega les ha impuesto trabas para poder ingresar, como el cobro de 150 dólares por la prueba de COVID-19.