En su reporte del 21 de julio sobre la situación del COVID-19 en la región, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) manifestó que ante la falta de información brindada por parte del Gobierno de Nicaragua están tomando como referencia a las fuentes no oficiales para determinar el impacto de la pandemia en el país.
Es decir, que la cantidad de contagiados por el coronavirus supera los 8,500 casos y las muertes asociadas al virus rondan las 2,500. La OPS argumenta que el régimen de Daniel Ortega se niega a revelar la «información epidemiológica en detalle».
Pero, ¿cuál es esa información epidemiológica que la dictadura orteguista se niega a entregar a la OPS y que desde semanas anteriores la ha solicitado con emergencia?. Consultamos a la exministra de salud y fundadora del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), Dora María Téllez, quien nos explicó una serie de medidas que estaría ocultado el régimen al organismo de salud.
La OPS ha manifestado que por parte del gobierno solo recibe la misma información escueta que brinda el Ministerio de Salud (Minsa) semanalmente a los nicaragüenses, lo cual no es suficiente para determinar el grado de emergencia.
«La información epidemiológica que habitualmente se envía a organismos interncionales tiene que ver con muchos detalles. Cuántas pruebas se están realizando, cuál ha sido el resultado de las pruebas, dónde se han realizado, -para tener un indicador mínimo de la cantidad de casos-, cuántos egresos hospitalarios se han producido en un periodo determinado, la mortalidad, que es la cantidad de personas que han muerto por el COVID-19, cantidad del personal de salud que ha sido afectado, es una información básica», explicó la comandante.
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La opositora hizo énfasis en la información detallada sobre el foco de contagio, es decir, dónde se están produciendo los brotes y cuál es la característica del mismo, «porque en cada país se comportan diferente, en Nicaragua los brotes familiares son fuertes, ya que las familias viven juntas en un mismo espacio».
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La información detallada no solo permite a la OPS evaluar qué exactamente está ocurriendo en el país, también ayuda a los nicaragüenses a identificar dónde se concentra el brote de contagios y así toman sus propias medidas de prevención. La falta de información ha provocado que el país atraviese una falsa normalidad donde una parte de la población ha relajado estas medidas.
«Transparencia cero»
En ese sentido, la exministra de Salud detalla que el Minsa «simplemente inventa los datos» y por ello, no tiene un soporte desagregado que permita presentárselo a la organización solicitante. «Es decir, lo que hay es transparencia cero en la información del Minsa y eso da un gran problema, porque Nicaragua queda en el centro del continente y los otros países están a ciegas con relación a la situación en Nicaragua. Ese es el objetivo del régimen, dejar totalmente a ciegas al país, al pueblo, a la OPS y países vecinos», insistió.
Ante el hermetismo en la información por parte del gobierno, la OPS no tiene más opción que insistir a los ciudadanos nicaragüenses a que continúen practicando sus propias medidas de prevención como el distanciamiento social, el uso de mascarillas y lavado de manos.
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Hay que destacar que el Minsa brinda semanalmente el reporte del avance del COVID-19 en el país y no a diario, como lo hacen los demás países de la región centroamericana. Este 21 de julio, el sistema de salud nicaragüense indicó que en la semana del 14 al 21 de julio hubo 292 nuevos casos y 9 fallecimientos. Con estos nuevos datos el acumulado en Nicaragua sería de 3,439 casos de contagio y 108 muertes. Estas cifras contrastan con el comportamiento de los demás países de Centroamérica, donde en un día registran más de 200 casos.
Mientras el grupo multidisciplinario independiente Observatorio ciudadano contabiliza hasta este 15 de julio un acumulado de 8,508 contagios y 2,397 muertes. Pero aún en estos datos, según análisis de especialistas de salud, hay un subregistro.
