Por: Carlos Alemán Rivas
Históricamente Diriá ha sido un pueblo aguerrido, desde tiempos de la Colonia. Nuestro cacique Diriangén resistió a los conquistadores españoles en la persona de Gil González Dávila y sus tropas, curiosamente un 17 de abril de 1523, y enmarco esta fecha y este mes, porque abril en la historia de Nicaragua significa sacrificio, entrega, lucha, muerte, llanto y dolor. Son diversos y numerosos los enfrentamientos en los que ha estado involucrado este pueblo y su gente por la construcción democrática de este país.
Por ejemplo, hay constancia que hubo participación de dirialeños en la guerra civil de 1854 y el sitio de Granada entre granadinos y leoneses, saliendo victoriosos los granadinos.
Otra de las batallas donde un dirialeño —con apenas 18 años— destacó fue en la batalla de Namasigüe, una acción bélica que se desarrolló entre el 17 y el 23 de marzo de 1907 en territorio del actual departamento hondureño de Choluteca, en el marco de la guerra impuesta a Nicaragua contra los ejércitos combinados de Honduras y El Salvador, y fue la acción militar más grande de ese conflicto.
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Otra acción trascendental donde tomaron parte los dirialeños fue en la Revolución libero-conservadora de 1912 en la que sobresale el personaje de Benjamín Zeledón, también mal llamada “Guerra de Mena”, fue un conflicto político y militar que se desencadenó en Nicaragua como culminación de la ruptura de la alianza conservadora, posterior a la caída del poder de José Santos Zelaya; en este enfrentamiento hubo participación de familias, como: Ortega, Sándigo, Ruiz, Alemán, entre otras. Estas son solo algunas de las acciones donde han tenido participación estos aguerridos pobladores.


Las protestas iniciadas el 18 de abril de 2018 tuvieron eco en todo el país, las primeras barricadas empezaron a levantarse en los departamentos, nuestro pueblo no fue la excepción. Una vez más, renació ese espíritu combativo y de lucha que desde antaño nos ha caracterizado, al igual que en los departamentos, en Diriá se erigieron barricadas y se cerraron las principales vías de tránsito, como es el de la carretera panamericana, como una medida de presión al régimen Ortega-Murillo que ya había ocasionado la muerte de centenares de jóvenes inocentes.
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Meses después el gobierno del dictador Daniel Ortega organizó la denominada ‘Operación Limpieza’, sus epicentros fueron Masaya y Carazo debido a la fiera resistencia de los rebeldes en sus trincheras. La ‘Operación Limpieza’ a Diriá llegó aquella funesta mañana del 15 de Julio del 2018 (la peor experiencia en la historia de este pueblo).
A las 5:00 de la mañana cuando despertamos caía una pequeña brisa, pero una recia lluvia de balas que despedían todo tipo de armas, especialmente AK-47. Grupos paramilitares en conjunto con la Policía Nacional y demás adeptos al régimen entraron de forma simultánea por todos los costados del pueblo, el ataque se extendió todo el día donde ocurrieron todo tipo de sucesos dantescos: secuestros a manifestantes, torturas en las cárceles y robos en diferentes hogares. Durante el ataque decenas de hombres vestidos de camiseta verde y pasamontañas derribaron barricadas que había levantado la población diarialeña disparando sin piedad.
Policías y paramilitares desarticularon los bloqueos y los manifestantes que pudieron escapar de las balas huyeron por veredas hacia Costa Rica, país vecino. Huyeron con lo que llevaban puesto, muchos incluso sin documentos legales. Algunos de los capturados sufrieron cárcel hasta casi ocho meses.
Hoy a dos años de aquella oscura mañana, este brutal ataque y todos los daños causados continúan en la impunidad, por lo tanto, demandamos justicia y reparación. Dos años después, Diriá se mantiene con la firme convicción de que la caída de la dictadura cada vez está más cerca, ese jubiloso día que todos anhelamos nos confirmará que cada esfuerzo valió la pena, porque juntos luchamos por la construcción de un mejor país.