Por: Fernando Centeno Chiong
Las campanas tañen, doblan o repican, según la ocasión. En muchas iglesias de pueblo aún sobreviven los vetustos campanarios, donde a través de su sonido se anuncian las misas, procesiones o el último adiós a los difuntos frente al altar.
Las campanas ya no son iguales en las iglesias modernas y en algunos lugares también son adornos, atractivos, o símbolos de alguna efeméride.
En Nicaragua, el régimen inaugurará este mes lo que ellos llaman La Campana de la Paz, con un costo de 738 mil dólares, un peso de 7,590 libras, un diámetro de 1,76 metros y una altura igual, enmarcada en una estructura de 17 metros.
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Esta campana con ese extraño, paradójico y cínico nombre repicará con un sonido electrónico cada media hora e Interpretará el ángelus a las seis de la mañana, doce del día y seis de la tarde y se escuchará en gran parte del viejo centro de Managua donde se ubican especialmente instituciones públicas como el Palacio Nacional, Telcor, Cancillería, Correos, Asamblea Nacional, Ministerio de Hacienda y otros.
No quisiera estar en esos sitios para no tener que escuchar cotidianamente un sonido que quizás los primeros días pudiera ser atractivo, pero luego de determinado tiempo será tedioso, fastidioso, y hasta molesto e impertinente.

Al pasar por allí y observar labrado en dicha campana un mensaje que dice ¨Siempre más allá¨, tendríamos que preguntarnos. de qué paz estamos hablando.
Más de 300 muertos la mayor parte asesinados desde la insurrección cívica de hace dos años, más de 250 campesinos a manos de fuerzas militares, policiales y parapoliciales, según Expediente Publico, o de los casi dos mil fallecidos por el COVID-19, cifra que pudo haber disminuido con un gobierno más responsable.
El repique de esta campana tendrá que escucharla los servidores públicos cercanos todos los días y algún despistado que pase admirándola, y ojalá piensen y recapaciten que la paz es ausencia de la injusticia y que nadie es eterno.
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El titulo Por quién doblan las campanas, es de una novela del polémico Ernest Hemiingway escrita en 1940 y sobre la trágica guerra civil española y de la cual se filmó una exitosa película
El novelista tomó la frase de un poeta metafísico inglés de mediados del siglo 16 John Donne quien describe la necesidad de ser solidario en los momentos más tristes y dolorosos de nuestras vidas y termina con un verso que dice. ¨Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti. ¨
Excelente narrativa, como detalle importante cabe señalar que acá las campanas de la iglesia en 2018 sonaron fuerte como señal de alerta, para los ciudadanos abvirtiendo. La muerte en cada pueblo…