El jueves, 14 de mayo, fue puesto en libertad el preso político Pedro Pablo García Alvarado, de 26 años, originario del barrio San Jerónimo, de la ciudad de Masaya, luego de estar seis meses secuestrado en el Sistema Penitenciario de Granada por el supuesto delito de haber quemado la puerta de una casa, ubicada por las instalaciones del Ministerio de Gobernación de la Ciudad de las flores.
El supuesto acto delictivo aseguran que se realizó el 16 de noviembre de 2019. Maryuri Deyanira Alvarado, madre del excarcelado político dijo a Artículo 66 que la detención era ilegal, porque el 16 de marzo de este año se giró orden de libertad, ya que las pruebas presentadas por la Fiscalía orteguista de Masaya no eran suficientes para que este estuviera detenido.
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Sin embargo, fue hasta este jueves que hicieron efectiva la orden de libertad. «Hubo ocho audiencias para que mi hijo fuera declarado inocente, nuca se puedo probar que él (Pedro García) haya cometido el supuesto delito, ya que el día que sucedió el hecho estaba dormido en su casa».
Además, la progenitora refirió que tenía miedo que su hijo continuara en la cárcel sin ningún motivo «porque debido al coronavirus no sabía que iba a pasar con él si se hubiese contagiado. Ni cuenta me iba a dar el día que muriera y si me hubiera enterado no hubiesen dejado que lo enterrara».
Por su parte, Brenda Gutiérrez, coordinadora del Comité de Presas y Presos Políticos, señaló que desde un inicio dieron acompañamiento a la familia del exreo político y opositor a la dictadura para que fuera dejado en libertad. «Pedro Pablo García es inocente y pudimos probarlo, pero continúo detenido por dos meses más, pese que el 16 de marzo se ordenó su libertad, es pos eso que ayer (miércoles, 13 de mayo) que salieron más de dos mil presos comunes, exigimos que también saliera él, y gracias a Dios procedieron a liberarlo esta tarde».
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La madre del exreo destacó que ella nunca perdió la esperanza de ver a su hijo en libertad. «Yo sabía que esto era un tema político y que el supuesto delito de la quema de la puerta de una casa era una excusa para tenerlo preso, porque el gobierno sabía muy bien que mi hijo participó en las protestas de manera pacífica».
Este medio de comunicación intentó hablar con el exreo político, pero su madre afirmó que aún no estaba en su casa. Antes de ser secuestrado, Pedro Pablo García trabajaba como cobrador de autobuses de la ruta Masaya-UCA. Su madre afirma que su hijo salió con la frente en alto y dispuesto a retomar su vida. El régimen de Daniel Ortega todavía tiene cautivos a más de 80 presos políticos.