El Ministerio de Salud (Minsa) de Nicaragua, hasta este domingo, 10 de mayo, cumplió seis días, en esta semana de no comparecer para dar el reporte diario sobre la situación del COVID-19 en el país. El único día que apareció el secretario de la institución sanitaria, Carlos Sáenz, fue el martes, cinco de mayo.
Desde esa fecha, el Minsa mantiene las cifras congeladas en 16 casos confirmados, de ellos, cuatro activos, cinco fallecidos y siete recuperados. «Dos están delicados y atendidos y dos se encuentran delicados, pero estables», fue lo último que mencionó el funcionario orteguista.
En cuanto a los casos sospechosos, el Minsa mantiene que hay 16 personas «en seguimiento y cuidado responsable». En su discurso, Sáenz insistió que en el país todavía «no tenemos transmisión local comunitaria», versión que ha sido desmentida por especialistas en la salud.
Este silencio estatal ha generado incertidumbre, pánico e incluso hasta desinformación entre los ciudadanos. Además, han crecido las denuncias en los últimos días sobre casos de coronavirus que no son confirmados por la institución sanitaria y que, por ende, no forman parte de su lista.
Las redes sociales se han inundado de publicaciones sobre el brote del virus. Estas denuncias vienen particularmente de Managua, Chinandega y Masaya, donde se han visto videos y fotografías de camionetas transportando ataúdes en horas de la noche, rumbo a los cementerios.
El Ministerio de Salud (Minsa) ha impuesto un velo de misterio sobre una cantidad de fallecidos en hospitales tanto de Managua como de los departamentos del país. La población de Chinandega, por ejemplo, ha logrado documentar entierros nocturnos que son realizados por autoridades sanitarias, sin la presencia de familiares, pero el Minsa insiste en que Nicaragua únicamente hay cinco fallecidos por COVID-19, desde el 26 de marzo.
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En ese sentido, el doctor José Luis Borgen, de la Unidad Médica Nicaragüense (UMN), detalló este sábado que el Gobierno de Nicaragua lo que está haciendo es jugar al «secretismo político», lo que es perjudicial para salvaguardar la vida de los nicaragüenses, porque «ya no se puede identificar quién es el portador del coronavirus».

Borgen advirtió enfáticamente que para las próximas semanas habrá una multiplicación de casos en el país, que obligará, incluso, al régimen de Nicaragua a decretar un estado de emergencia, «porque la cantidad de muertos que se esperan no va a ser posible que las escondan militarizando los hospitales o sacando los cuerpos en las noches para llevarlo al cementerio».
Rosario Murillo también calla
Otra que también ha guardado silencio sobre las cifras de COVID-19 en Nicaragua es la vicedictadora Rosario Murillo, quien normalmente en su monólogo de mediodía repite el reporte emitido previamente por su secretario Carlos Sáenz.
Murillo, lejos de brindar información de interés nacional, se ha dedicado más bien a insultar nuevamente a sus opositores, acusándolos de «vendepatrias», sin mencionar una sola palabra sobre los datos precisos de COVID-19.
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El epidemiólogo Rafael Amador, señaló recientemente en una entrevista con el periodista Carlos Fernando Chamorro, que el silencio del Minsa refleja que las autoridades de esa institución «no tienen ya cómo disfrazar la realidad y ante no poderlo hacer callaron, pero el callar esa realidad es aceptar que la realidad ya lo desbordó».
Para que va aparecer otros sapo servil del régimen mas sin criterio propio y menos profesional
Primero tienen que respetar y asignarle el titulo al secretario
del MINSA, Doctor Carlos Sáenz
Igual al titulo que ustedes le otorgan a los Doctores del movimiento multidisciplinario , al cual merecen tambien respeto
El Dr Carlos Saenz salia a diario y ustedes publicaban que a diario decia lo mismo
Ahora reclaman su ausencia
Cosas Veredas Sancho Amigo
Este gobierno es un circo. Cada funcionario hace si payasada. Son burros cómo los gobernantes. Hasta cuándo se va acabar esta situación.
Que basura de Gobierno tenemos.
Cómo podemos pedir que no le den más préstamos que se van a robat y nos tocará pagar con impuestos.
A lo mejor le dio un coronavirus mutado y le atrofió totalmente el cerebro a la Chamu.