El secretario general del Ministerio de Salud (Minsa), Carlos Sáenz, tampoco compareció este viernes, ocho de mayo de 2020, para brindar el reporte sobre la situación del coronavirus en Nicaragua. Con este día, ya suman cuatro en una semana que la institución mantiene congelados sus datos oficiales sobre la pandemia.
En la única ocasión que se le vio a Sáenz leyendo el informe sobre el COVID-19 en las instalaciones del Complejo Nacional Conchita Palacios fue el martes, cinco, donde mencionó que el número de casos confirmados es de 16, de los cuales, cuatro están activos. «Dos están delicados y atendidos y dos se encuentran delicados, pero estables», fue lo que mencionó el delegado del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ante los medios oficialistas.
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En cuanto a los casos sospechosos, dijo que hace tres habían 16 personas «en seguimiento y cuidado responsable». En su discurso, insistió en que en el país «no tenemos transmisión local comunitaria».
Con estos datos, Nicaragua registra un total de 16 casos confirmados, de los cuales cuatro están activos, cinco fallecieron y siete se recuperaron, de acuerdo con el conteo oficial, del cual hay serios cuestionamientos porque se han conocido casos activos y muertes por la enfermedad que no forman parte del registro oficial de los delegados de la dictadura.
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El epidemiólogo Rafael Amador, quien además ha sido consultor para la Organización Panamericana de la Salud (OPS), señaló en entrevista con el periodista Carlos Fernando Chamorro, que el silencio del Minsa refleja que las autoridades de esa institución «no tienen ya cómo disfrazar la realidad y ante no poderlo hacer callaron, pero el callar en esa realidad es aceptar que la realidad ya lo desbordó».
Hasta la primera semana de mayo, el delegado de la dictadura leía el comunicado oficial ante los medios oficialistas a las 11 de la mañana, con una transmisión en vivo desde las instalaciones centrales del Minsa en Managua. Después, el reporte lo trasladaron a las ediciones de mediodía de los canales y radioemisoras controladas por el régimen, pero esta semana no ha presentado el informe con los datos del Gobierno en cuatro ocasiones, que incluye además tres días seguidos y la vocera gubernamental, Rosario Murillo tampoco hace referencia a las estadísticas.
El domingo, 3 de mayo, se registró el quinto nicaragüense fallecido por COVID-19. Sáenz, en esa aparición, señaló que la víctima fue un paciente de 65 años. Ese ciudadano nunca fue incluido en el conteo de la institución como enfermo u hospitalizado. Sin embargo, a este conteo se agregan dos ciudadanos más, uno de Estelí que fue enviado como recuperado a su casa por el Minsa y posteriormente murió y otro paciente reportado en el Hospital Monte España.
Solo en el Hospital Alemán Nicaragüense se conoce de 47 casos positivos. De ellos, seis están intubados y cuatro mujeres están embarazadas, de acuerdo con la información brindada a Artículo 66. Mientras en el Hospital Lenín Fonseca, fuentes del Sistema Local de Atención Integral en Salud (Silais- Managua) relataron a este medio de comunicación que la dirección de ese centro remitió al Complejo Nacional Conchita Palacios muestras de 12 médicos para aplicarles la prueba de COVID-19. La mayoría dieron positivos y el resto fueron declaradas como «indeterminadas».