En los primeros dos meses de este 2020, un total de 11 mujeres fueron asesinadas en Nicaragua, según el reporte de la organización Católicas por el Derecho a Decidir, que revela que siete fueron asesinadas en lugares privados -casas- y cuatro de ellas en públicos.
Para Martha Flores, miembro de esa organización, aseguró que “las casas continúan siendo el lugar más inseguro“. En ese sentido, remarcó que “este año fue tan impactante porque vimos como tres mujeres (madres) fueron asesinadas violentamente por sus hijos (…) Evidentemente un acto extremo de violencia machista, que deja el errado y claro mensaje que las mujeres tienen que obedecer y cumplir a ese sistema”.
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Por otro lado, el informe relata que las adolescentes siguen siendo las principales víctimas, es decir, del total de los femicidios, cinco de ellas tenían edades entre 12 a 25 años, tres de 26 a 34 años, dos de 35 a 40 años, una de más de 51 años.
Flores explicó que además existe un registro de 15 femicidios frustrados en los que las jóvenes lograron sobrevivir a robos, violaciones sexuales y agresiones. “Muchachas quienes fueron montadas en motos y vehículos con el único objetivo de hacerles daño, como el caso de Josseling Romero, que fue asesinada por un taxista que además de robarle sus pertenencias, la violó y la mató”.
En cuanto a la relación de los agresores el organismo identificó que dos mujeres fueron asesinadas a manos de sus parejas y una de su expareja; tres por sus hijos, cuatro por desconocidos y una por una persona cercana. Asimismo, en el caso legal de los agresores Flores lamentó que tres responsables siguen prófugos de la justicia y dos han quedado en impunidad. “Estamos frente a un Estado que en lugar de dar seguridad a las mujeres ahora son cómplices de los agresores porque vemos no hay un compromiso por parte del gobierno de cumplir con la ley, porque no capturan a los agresores”, señaló.