La represión por parte del régimen Ortega Murillo desde abril de 2018 llevó al exguerrillero sandinista, originario de Monimbó, Fernando Brenes a exiliarse durante 19 meses en Costa Rica, pero este 20 de febrero de 2020 decidió retornar a Nicaragua. Brenes afirma que su único objetivo es «ejercer mi derecho como nicaragüense de estar en mi patria (…) y asumir los riesgo que representa porque en Nicaragua nada está normal, continúa la represión, ejecución y acoso».
El exguerrillero remarcó que le han notificado que la justicia orteguista mantiene dos acusaciones en su contra y por ello, sus “antecedentes penales deben de estar manchados”.
En cuanto a la situación de los nicaragüenses exiliados en Costa Rica aseveró que muchos “han retornado al país debido a las dificultades económicas que enfrentan en el país vecino (…) Los exiliados han demandado siempre el ser escuchados por parte de los movimientos políticos como la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) quienes no han respondido a las necesidades, por ejemplo cómo se atiende el retorno seguro”.
Igualmente aseveró que su decisión de regresar al país estaba prevista para el 14 de noviembre de 2019, sin embargo, lo tuvo que posponer debido a “la petición de algunas personas para apoyar la organización de la UNAB en Costa Rica, en las que fui facilitador del esfuerzo”.

Por otro lado, con respecto a su participación en el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) indicó que “en ese momento no luchamos por un caudillo en aquel FSLN de aquellos años, se luchó por una ideología y cambio de sistema (…) caímos en una situación donde la Revolución fue traicionada”, y concluyó que él se considera un sandinista alejado del régimen orteguista.
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Brenes insistió en que Ortega sabe muy bien que el FSLN se encuentra aislado porque no tiene consenso nacional y “al interno del sandinismo histórico existe un debacle que viene desde años (…) porque ellos se alejaron de los valores y de la institucionalidad política que había en ese momento que fue usurpada por el orteguismo”.
«Monimbó nunca ha sido sandinista»
Referente a las intenciones de la dictadura Ortega Murillo de minimizar la masacre ocurrida el barrio indígena de Masaya durante abril 2018, con la declaración del 26 de febrero, como Día Nacional de las Artes y la Cultura Popular en honor a Monimbó, Brenes aseveró que “es una burla a la inteligencia, al imaginario colectivo porque Monimbó siempre ha sido resistente y nunca ha sido sandinista (…) aún cuando fue la cuna de la insurrección este pueblo se reveló”.
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