Desde que el Departamento de Tesoro de Estados Unidos anunció el mediodía del 12 de diciembre la aplicación de sanciones contra Rafael Ortega Murillo, hijo de la familia presidencial, y contra tres empresas que forman parte del entramado de negocios millonarios de la familia gobernante, la población se ha mostrado preocupada por las consecuencias que esto puede provocar en la economía nicaragüense.
Para el economista y catedrático Eduardo Solórzano, las afectaciones serán directas porque por medio de sus empresas “lavan dinero” y son los principales actores en la cadena del combustible. “Esto significa que ellos son los que canalizan el petróleo y se lo venden a las empresas”; en el caso de los bancos hay una posibilidad que no puedan realizar más transacciones porque ninguna entidad se va a querer ver involucrada.
Solórzano detalló que existe la posibilidad de que el régimen cambie el estilo de negocio, su fachada, razón social, propietarios y regrese a la modalidad del pago en efectivo. Sin embargo, por el momento están bloqueados porque no pueden comprar ni distribuir más petróleo y si realizan cambios siempre tendrán los ojos del mundo sobre ellos.
Estas acciones, según los especialistas, puede provocar altos precios en el combustible y escasez, hasta que resuelvan su situación.
Deberán de buscar otros proveedores
Uno de los principales efectos de estas sanciones en la economía de la familia Ortega-Murillo es el bloqueo para importar petróleo, trabas para los procesos bancarios y la falta de proveedores porque nadie les venderá para no verse involucrados.
Un especialista en hidrocarburos, que prefirió omitir su nombre por seguridad, dijo que entre las opciones que tiene la familia presidencial es tener como proveedor a Puma, pero estos, corren el riesgo de ser afectados por las sanciones. En otro de los casos, “en un país donde todo les permiten” existe la posibilidad de que Petronic suministre combustible a la sancionada DNP Petronic; las cuales son empresas hermanas.
Afectará la economía de los ciudadanos
Por su parte, el exembajador Bosco Matamoros manifestó que las sanciones contra la familia Ortega-Murillo provocarán altos costos y escasez en la energía o combustible por el monopolio de empresas que se estructuró hace más de 10 años en el país.
“Hay un hecho que se tiene que tomar en consideración, esto es una máquina trituradora que no se va a detener, va a seguir continuamente; entonces por eso digo que la retórica que utilizamos en Nicaragua es grandiosa. Esta crisis la hemos creado los nicaragüenses”.
Sin embargo, explicó que la única opción para detener las sanciones y salir de la crisis que atraviesa el país es que la empresa privada, los movimientos sociales, la población y el gobierno busquen la democratización, que inicia por la aplicación de reformas electorales y constitucionales más la liberación de los ciudadanos que están detenidos en las cárceles del país.
“Es un tsunami sobre la economía del país, cuyos efectos aun no podemos medir. Afecta un sector esencial de la economía, como es la energía, los costos de los servicios y otros sectores. Es como abandonar el automóvil y tener que desplazarse en bicicleta porque los costos no son más sostenibles. Como país estamos corriendo hacia el precipicio. No es tiempo de retórica, es el momento de respuestas al país”.
Y que pasa con el gas licuado?