Los oficiales del régimen acusan al líder religioso Ramón Alcides Peña Silva, sacerdote del templo del municipio de El Jícaro de alterar 31 veces el orden público; razón por la cual fue detenido la noche del siete de diciembre y liberado la mañana del 8.
Durante su secuestro fue trasladado a la delegación de Ocotal. La detención se dio cuando el religioso regresaba del puesto fronterizo de Las Manos, zona de Nueva Segovia, de traer al diácono Luis Santamaría.
En su liberación, el sacerdote dijo que los oficiales de la dictadura “llaman a alterar el orden público” a la acción de oficiar misa en los templos.
Según el testimonio de Peña al diario La Prensa, tuvo que dormir en el suelo, aguantar hambre y sed y gracias a que no lo revisaron logró comunicarse con monseñor Abelardo Mata Guevara, encargado de la Diócesis de Estelí; sin embargo como la información circuló en las redes en horas de la madrugada le quitaron su celular, el que fue entregado en su liberación.
Por su parte, la diócesis emitió un comunicado para pedir respeto por la labor que realizan los líderes religioso, y condenan los actos de hostigamiento contra la Iglesia Católica.