Cientos de nicaragüenses que han tenido que exiliarse para resguardar sus vidas y otros que emigraron para mejorar la condición de sus familias celebraron la tradicional Purísima, en honor a la Inmaculada Concepción de María. Durante el evento pidieron por la paz de Nicaragua y la libertad de los reos políticos.
Parte de los arreglos del altar de la imagen eran botellas con agua, como símbolo de solidaridad con los 16 ciudadanos encarcelados por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que llevaron agua a un grupo de madres, que en ese momento, realizaban una huelga de hambre para demandar la liberta de sus familiares desde la iglesia San Miguel, en Masaya.
La comunidad nicaragüenses en Madrid también condenó las agresiones y la persecusión de los fanáticos de la dictadura contra la Iglesia Católica.
Uno de los participantes dijo que el objetivo de la celebración es pedir por la libertad y la paz del país; además resaltó que la iglesia católica está sufriendo con el pueblo, por esta razón pide al régimen respetar y detener la represión contra los líderes religiosos y ciudadanos.