Melkyssedex Antonio López Ferrey, de 30 años, originario de Managua y de profesión ingeniero civil, fue secuestrado por la Policía de la dictadura Ortega Murillo el 12 de diciembre de 2018, cuando se encontraba en su centro de trabajo. López es padre de cuarto hijos, estuvo atrincherado en la UPOLI durante la rebelión cívica y ayudó a trasladar y a resguardar a los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN).
Su mamá, Martha Alvarado, vicepresidenta de la Asociación de Familiares de Presos Políticos (AFPP), aseguró que “a mi hijo lo secuestraron de su centro de trabajo, el 12 de diciembre del año pasado. Al momento de su captura, los oficiales lo sacaron con violencia, lo enchacharon, lo torturaron y lo anduvieron en varias Estaciones policiales y después (lo trasladaron) a La Modelo”. Alvarado define a su hijo como una persona bondadosa, a quien le gustaba jugar fútbol en el barrio y se llevaba bien con todos.
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Por otro lado, remarcó que Melkyssedex, antes de exiliarse en Costa Rica, en octubre de 2018, interpuso una denuncia ante la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) por el asedio que sufría por parte de la Policía. Sin embargo, cuando él regresó lo apresaron. “Él, después de lo más duro de la crisis se exilió en Costa Rica con su familia, de ahí regresó y fue cuando lo capturaron y lo acusaron de robo a una agencia AM:PM, por el cual está condenado a cuatro años de prisión”, relató su mamá.

Para Alvarado, el proceso judicial fue “un desastre, estuvo manipulado, ya que no encontraron ninguna prueba en su contra y pese a eso lo condenaron. Ya va a cumplir un año de estar secuestrado por esta dictadura genocida”.
Asimismo, denunció que desde su traslado al Sistema Penitenciario Nacional La Modelo a “él me lo tienen con máxima seguridad, pasa los siete días, las 24 horas encerrado. Me le negaron pasarle utensilios de aseo personal”. A la vez, indicó que “mi hijo tiene una bacteria en la piel, esta delgado, bajó como 40 libras, me le dan calambres en las piernas, dolores estomacales y tensión”.

Alvarado declaró que se siente indignada porque se ha cesado la exigencia para la liberación de todos los presos políticos. “Como Asociación (AFFP) hemos dado a conocer a la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) y a la misma Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) de plantones para que nos apoyen y acompañen, pero a la hora de llegada lo suspenden, yo estoy desesperada e indignada porque él no quiere pasar otra navidad en esa cárcel, lejos de sus cuatro hijos”, agregó.
En tanto, detalló que su hijo siente miedo por lo que la Policía le pueda hacer a ella como su mamá y al resto de su familia. “Él tiene miedo, me dice, ‘mamá, a mí me ayudó Dios, pero vos no sabés todo lo malo que yo pasé, a mí me chiflaron las balas en mi cabeza, no quiero que te expongás, no sabés de lo que son capaces estos asesinos”.

Sin embargo, Alvarado señaló que ella continuará demandando la libertad de su hijo pese a que ha sido víctima de robo y agresiones físicas por parte de la Policía. “A mí me han arrastrado, me han pegado, me han robado y me han amenazado pero yo continuaré y si me toca entregar mi vida también lo hago”.
Finalmente, aseguró que a su hijo, las autoridades de La Modelo lo aislaron por el simple hecho de que ella (su mamá) y su esposa estuvieron en huelga de hambre por nueve días en la Iglesia San Miguel Arcángel, en Masaya.