La Policía orteguista dirigida en León por el comisionado Fidel Domínguez irrumpió la casa de la familia Alonso Reyes. Al menos cuatro oficiales de la Dirección de Operaciones Especiales Policiales (DOEP) llegaron armados con hachas para despedazar el portón principal y la vivienda. Los Reyes Alonso denunciaron que el acto de violencia no se detuvo pese a que en la casa se encontraba una señora “de 94 años”, a quien identifican como su abuela, quien, afirmaron, se puso nerviosa y lloraba al ver cómo invadió la guardia al servicio de los Ortega-Murillo.
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Asimismo, señalaron que los agentes no presentaron ninguna orden de allanamiento y que Domínguez fue quien dio la orden y acompañó a los guardias orteguistas. “Ustedes lo provocaron”, se limitó a decir el jefe policial de la ciudad universitaria, fiel a Daniel Ortega y Rosario Murillo.
El periodista nicaragüense y director del sitio multimedia Confidencial al igual que de los programas Esta Semana y Esta Noche, Carlos Fernando Chamorro, regresó este lunes, 25 de noviembre, a Nicaragua después de permanecer más de diez meses exiliado en Costa Rica tras las amenazas del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo de criminalizarlo por ejercer su labor. En el editorial de Confidencial, Chamorro detalló que retornaba “junto con un grupo de exiliados nicaragüenses, cada uno de nosotros asumiendo su propia responsabilidad, ante la falta de garantías en el país para ejercer nuestros derechos constitucionales. La situación de inseguridad y el irrespeto a los derechos humanos no ha cambiado y en muchos aspectos más bien ha empeorado, como resultado de la imposición de un estado de excepción de facto que ha conculcado los derechos constitucionales”. A Chamorro el régimen le confiscó su redacción, le robó equipos y lo agredió físicamente al igual que a su equipo periodístico.
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A su llegada a Managua, Chamorro se mostró conmovido y declaró que su mayor satisfacción es “porque voy a poder abrazar y besar a mi madre (al referirse a la expresidenta de Nicaragua Violeta Barrios de Chamorro)”, quien dijo “está en una situación de salud precaria desde hace unos meses y para mí (volverla a ver) es un momento que quiero vivir intensamente”. Con su voz quebrantada, recalcó que su madre ha sido “su ejemplo, gracias a la integridad y valores que ella representa y el legado de mi padre (Pedro Joaquín Chamorro) son la fuerza moral que me sostienen a mí en mis momentos difíciles. Ella me da confianza y seguridad de que Nicaragua volverá a ser República”.
El Gobierno de Donald Trump ratificó a través de una orden ejecutiva aprobada hace un año que las actuaciones de la dictadura orteguista son una amenaza para “la seguridad de los Estados Unidos”. “La situación en Nicaragua, incluida la respuesta violenta del Gobierno de Nicaragua a las protestas que comenzaron el 18 de abril de 2018, y el desmantelamiento y debilitamiento sistemático del régimen de Ortega de las instituciones democráticas y el estado de derecho, su uso de la violencia indiscriminada y las tácticas represivas contra la población civil, así como su corrupción que lleva a la desestabilización de la economía de Nicaragua, sigue representando una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos”, remarcó la Casa Blanca.
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Nuevamente la Organización de Estados Americanos (OEA) dedicó una sesión extraordinaria con el Consejo Permanente para abordar la difícil situación que atraviesa Nicaragua desde abril de 2018 producto de las violaciones a los derechos humanos ejecutadas por la dictadura. Tras la reunión, la principal recomendación fue la convocatoria de una Asamblea General de cancilleres para evaluar la posibilidad de aplicar el artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana al régimen orteguista, moción apoyada por los delegados de países como Estados Unidos, Argentina, Costa Rica, Bolivia, Ecuador, Panamá y Paraguay.