Después de los recientes hechos de violencia que se han registrado en algunas ciudades de Nicaragua, a partir de la huelga de hambre convocada por un grupo de madres de reos políticos, la Iglesia Católica se ha sumado a denunciar y a pedir a la dictadura que respete la integridad y la vida de los ciudadanos que se están manifestando.
En esta ocasión, la parroquia Nuestra Señora de los Ángeles, ubicada en el departamento de Jinotega, por medio de un comunicado, condenó las acciones de la Policía de la dictadura de asediar y limitar los servicios públicos en la parroquia San Miguel Árcangel, donde se encuentra el sacerdote Edwin Román y 13 familiares de reos políticos realizando una huelga de hambre desde el jueves 14 de noviembre.
“Denunciamos las atrocidades del régimen criminal Ortega Murillo, a quien le exigimos el respeto a los derechos humanos de nuestros hermanos, el respeto de la Iglesia Católica que nunca va a estar a la par de opresores de nuestro pueblo”, se lee en el comunicado difundido en las redes sociales.
En la misiva también piden a los feligreses y a los dirigentes de la Igelsia Católica mantenerse en constante oración para lograr la pacificación en el país. De igual manera, recomiendan no callar ante la violación y los abusos a los derechos humanos que se están dando en Nicaragua desde abril de 2018.
“Hermanos jinoteganos, sacerdotes y fieles laicos es hora de dejar a un lado el temor y luchar por construir en Nicaragua el verdadero reino de Dios, el silencio nos hace cómplices de las violaciones a los derechos humanos”.
En el comunicado, la Iglesia Nuestra Señora de la Asunción también exige la liberación de los presos políticos, mientraso de la Unidad Azul y Blanco, que fueron encarcelados el jueves 14 de noviembre y presentados como delincuentes. “Fueron secuestrados por la Policía orteguista cuando se dirigían a prestar ayuda humanitaria al padre Edwin Román y a los familiares de los presos políticos”, denuncia la parroquia jinotegana.