En el acto del 43 aniversario de la muerte de Carlos Fonseca Amador, el dictador de Nicaragua Daniel Ortega Saavedra arremetió una vez más contra el sector privado, a quien acusó de no pagar impuestos y financiar a «grupos terroristas», en alusión a las protestas desatadas en abril de 2018. El principal grupo empresarial del país lo conforma el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), donde gran parte de sus directivos ahora forman parte de la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD).
En este sentido, el director ejecutivo de la ACJD, Juan Sebastián Chamorro, se defendió de las acusaciones del tirano y manifestó que este discurso lo ha venido dando desde que los empresarios decidieron unirse a las exigencias de la mayoría de los nicaragüenses.
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Chamorro refutó las declaraciones de Ortega, quien desafió a los empresarios a dejar a un lado las industrias y que de una vez conformen un partido político. «Ya me gustaría tomarle la palabra al dictador y que en este país verdaderamente se pudieran hacer partidos políticos, pero él (Daniel Ortega), tiene a unas marionetas en el Consejo Supremo Electoral (CSE) que básicamente prohíben la inscripción de nuevos partidos políticos, entonces, le tomamos la palabra, a ver si va a dar esa personería jurídica».

El opositor remarcó a Artículo 66 que a través de las reformas a la Ley de Concertación Tributaria y al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), Ortega ha provocado que el país se sumerja a una crisis económica «nunca antes vista en la historia de Nicaragua» y como resultado responsabiliza a los empresarios, que ahora fungen como oposición.
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«Ese es el argumento que utilizan todas las dictaduras para justificar la represión y violación de los derechos humanos. Aquí no ha habido ninguna conspiración, aquí lo que ha habido es una protesta masiva del pueblo nicaragüense en contra de esas medidas tributarias, como el incremento de impuestos a los combustibles, energía eléctrica, todo está subiendo en este país y lo que hace es echarle la culpa a los empresarios, pero demuestra la posición que está tomando el sector privado de acompañar al pueblo».
Amenaza con cerrar empresas
Durante el discurso, que duró más de una hora, el régimen mandó un claro mensaje al sector privado y dejó entrever que puede confiscar empresas que no cumplan con sus obligaciones como el pago de impuestos. «Entonces que cierren y que se declaren en quiebra, ya vendrán otros a hacer el trabajo del que quebró», dijo a su militancia.
«Es una clara amenaza, yo creo que a él le interesa que los opositores quiebren, pero precisamente por eso hemos destacando la importancia de que las acciones de protestas económicas vayan en contra de aquellos que lo apoyan a ellos económicamente y me refiero a los empresarios azul y blanco que están luchando por la democracia», concluyó.
QUE VERGÜENZA, EL 80% DEL PUEBLO NO LOS QUIERE CUAL SERÁ EL MISTERIO DE AFERRARSE AL PODER.
De donde habra sacado ese 80% la sra.